La primera escena de ‘Atenea’ te va a dejar con la boca abierta. La película dirigida por Romain Gavras ha aterrizado entre las películas de Netflix con mucha menos fanfarria que otros títulos como ‘Blonde‘, pero pasarla por alto sería una error: se trata de una de las mejores películas del año estrenadas en la plataforma y, además, nos ofrece una impactante escena inicial que ya se cuenta entre los mejores planos secuencia de la historia del cine. Por algo, en su crítica de ‘Atenea’ desde el Festival de Venecia, Manu Yáñez apuntó que este inicio es una “clara declaración de intenciones de un cineasta dispuesto a agitar el patio de butacas”. O, ahora, el salón de casa.

Todo empieza con un primer plano de Abdel (Dali Benssalah), un soldado francés al que seguimos hasta una rueda de prensa donde revela que su hermano Idir, de trece años, ha sido asesinado por la policía. Asegura que las autoridades buscarán a los responsables, aunque no parecen identificables en el vídeo del momento que se ha hecho viral y ha enfurecido al país. El plano se abre por fin y vemos a los medios agolpados a su alrededor, pero la cámara vuela por encima de sus cabezas hasta llegar hasta un grupo de jóvenes apilados en el fondo, y en especial hasta el rostro serio de Karim (Sami Slimane), otro de los hermanos del adolescente fallecido. La cámara baja hacia sus manos y vemos que está preparando un cóctel molotov, que lanza sobre la multitud y desata el caos en la sala.

Con una coreografía absolutamente brillante, la cámara continúa grabando sin haber cortado un solo segundo mientras las decenas de jóvenes asaltan la comisaría y se llevan las armas, así como un furgón policial que utilizan para escapar hacia la barricada que han credo en su barrio, Atenea. La guerra ha comenzado en esta zona de los suburbios pobres de París. De una forma casi milagrosa, la cámara ha logrado trasladarse con los protagonistas desde la comisaría hasta dentro del vehículo, y de ahí dentro del complejo de edificios habitado en su gran mayoría por inmigrantes hartos de los maltratos de las autoridades y las instituciones francesas.

La cámara sigue a Karim mientras organiza a las “tropas” y la secuencia acaba, tras once intensos minutos sin cortes, con un plano aéreo absolutamente épico.

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Además de una demostración de fuerza técnica e invención visual, la primera secuencia de ‘Atenea’ nos ofrece toda una lección de narrativa fílmica. En cuestión de minutos, la película nos presenta a los dos personajes centrales, que son dos hermanos que comparten tragedia pero difieren en cómo actuar frente a la misma, nos sitúa en el espacio donde se desarrollará toda la historia (el barrio de Atenea) y marca el tono y el estilo visual que tendrá el relato. No es un típico plano secuencia cuya única función es dejarnos embobados, sino que sirve un propósito en la historia y aprovecha todas sus herramientas para servir de introducción perfecta para lo que está por llegar.

Para el director Romain Gavras, era también una manera de captar la atención del público del streaming. “Es la primera vez que hago una película para una plataforma y para Netflix en particular. Y cuando estábamos escribiendo con Ladj Ly [coguionista y productor] pensábamos que necesitábamos comenzar muy fuerte porque incluso cuando veo una película de Netflix, si no es interesante en los primeros cinco minutos, me voy”, dijo en una entrevista con Vulture, reconociendo que, “cuando haces una película de cine, puedes tomarte tu tiempo porque la gente no va a empezar a irse hasta después del minuto diez o quince”.

Sin embargo, cuesta creer que un esfuerzo tan titánico como este se debiese solamente a la voluntad de atrapar al público desde el salón de casa. En realidad, la historia, que es en esencia una tragedia griega entre hermanos y en mitad de una guerra, llama para la épica y solemnidad que aporta este plano inicial. El director ha citado como influencias para la película desde títulos como ‘Soy Cuba’ de Mikhail Kalatozov y ‘Guerra y paz’ de Sergei Bondarchuk hasta ‘Star Wars’ y ‘Ciudadano Kane’, y compara a Karim organizando la revolución con Russell Crowe en ‘Gladiator’ de Russell Crowe (vía Vulture). También se aprecia la influencia del estilo de Ly, director de la aclamada ‘Los Miserables’. De hecho, estos jóvenes sobre las barricadas de un barrio pobre de París bien podrían ser los sublevados de la novela de Víctor Hugo en el siglo XXI.

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Al final, el secreto del éxito de este increíble plano inicial fue repetir, repetir y repetir. No hay trampa ni cartón. El primer asistente de dirección Amin Harfouch lo explica en Vulture: “La dificultad era coreografiar todo y hacer que todo pareciera lo más natural posible, una simbiosis perfecta de todos los diferentes oficios: actores, extras, dobles, efectos especiales, cámara. La sinergia tenía que ser perfecta. Y para eso no hay ningún secreto, hay que ensayar, repetir y repetir. Rigor y disciplina fueron las palabras clave”.

Los resultados están a la vista de todos y disponibles desde el 23 de septiembre en Netflix. ‘Atenea’ es una película imprescindible. Como apuntó Yáñez en su crítica: “Con un pie en la estética pop-verité y el otro en la tragedia griega, Gavras y Ly crean una obra de agitación que pasa las tensiones sociales de la Francia actual por una lente de aumento sensorial e inmersiva“. Un caos controlado que nos sumerge en un viaje donde las posibilidades visuales y narrativas del cine se antojan más apasionantes que nunca.

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