Crítica de ‘Avatar’ (2009)

Hará quien afirme que James Cameron ha hecho evolucionar, de golpe, el lenguaje del cine espectáculo 100 años… para que haga justicia a una estética de tebeo francés de hace 30 años. Antes de contrarrestar tal descalificación con un exceso de entusiasmo, convendría discernir cuánto porcentaje de verdad encierra ese jarro de agua fría que muchos esperaban lanzar sobre la ambición visionaria del cineasta: la excepcionalidad de Avatar no está, en efecto, ni en su agresividad conceptual –en otras palabras: esto no es 2001: Una odisea del espacio (Stanley Kubrick, 1968)–; ni en las superficies de su diseño (aquí, la sombra de Valerian, el agente espacio-temporal de Mézières y Christin, sigue siendo alargada). Pero solo una ceguera numantina podría negar su relevancia fundacional al abrir un nuevo capítulo de inagotables posibilidades en la total (con)fusión de la imagen fotográfica y la imagen de síntesis. En cierto sentido, exigir que Avatar acompañara su excelencia técnica con un discurso innovador y rupturista sería algo parecido a esperar que ese tren que llegaba a la estación de Ciotat hubiese venido cargado con las primeras bobinas (venidas del futuro) de la aún nonata Ciudadano Kane (Orson Welles, 1941).
La caja (luminosa) de Pandora
En su crítica a la novela Anatema, de Neal Stephenson, Rodrigo Fresán recordaba unas palabras de Philip K. Dick que vienen especialmente al caso del último Cameron: “Conseguir un planeta que no existe. Ese es el primer paso”. Y, en efecto, ese la primera piedra de la revolución anunciada por Avatar, y lo que marca una estimulante línea de continuidad entre esa Luna con el ojo herido por el cañonazo de Méliès y esta Pandora frondosa, fosforescente con las tonalidades de una visión de psilobicina, en la que la cámara de Cameron y la platea entera pueden abismarse para experimentar todas las declinaciones del asombro. El perfeccionismo de Cameron al dotar de realidad y verosimilitud al planeta Pandora parece atender tanto a lo máximo (esas montañas suspendidas en el aire) como a lo mínimo (la luminiscencia de los líquenes al tacto) y convierte la génesis de este planeta imaginario en el más rotundo activo de Avatar.
La película es puro Cameron en su fusión de fetichismo tecnológico y mística New Age –los componentes esenciales de Abyss (1989), sin ir más lejos-, pero sus toques de genio trascienden tanto su estética como su contenido y están en la virtuosa aplicación del motion-capture y en su capacidad de simular una experiencia de inmersión hiperrealista en la materia esquiva de los sueños.
Para quienes quieran viajar muy lejos
FICHA TÉCNICA
Dirección: James Cameron Reparto: Sam Worthington, Zoe Saldana, Sigourney Weaver, Michelle Rodriguez, Giovanni Ribisi, Wes Studi, CCH Pounder, Laz Alonso, Stephen Lang, Joel Moore Título original: Avatar País: EE.UU. Año: 2009 Fecha de estreno: 18-12-2009 Género: Acción, Animación, Bélica, Fantástica Guión: James Cameron Duración: 163 min
Sinopsis: En el futuro, Jake Sully (Sam Worthington), un veterano de guerra parapléjico, es enviado a Pandora, un planeta habitado por los Na’vi, una raza parecida a los humanos. Un extraordinario hallazgo hará que hombres y extraterrestres se enfrenten y Sully se planteé de qué bando está.
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