De ‘Mi mejor amigo’ a ‘Pobres criaturas’: La apasionante trayectoria de Yorgos Lanthimos, película a película
Cuando uno termina de ver una película de Yorgos Lanthimos, sea cual sea, la cantidad de sensaciones adquiridas es tan alta como indescifrable. Y es que, a lo largo de su trayectoria, el cineasta griego ha demostrado, por encima de todas las cosas, una brutal capacidad para lograr el impacto y la hipnosis, la conmoción y la seducción, la fascinación y el desconcierto.
Hablamos de una serie de propuestas en las que el billete es solamente de ida y que proponen travesías exigentes, complejas, crudas y duras en muchas ocasiones, sí, pero también distintas, intensas y con una cantidad considerable de recompensas. Todo ello, además, redondeado por uno de esos autores cuyo (fabuloso) sello visual, a pesar de las evidentes influencias y referentes, resulta reconocible en cuestión de segundos.
En definitiva, estamos ante uno de los creadores más personales, inclasificables, completos e interesantes surgidos en el panorama cinematográfico de los últimos años, alguien que sabes que, pase lo que pase, te ofrecerá una experiencia tan distinta como valiosa. Por muchos años más de benditas locuras con la firma de Yorgos Lanthimos.
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