La casa del dragón: el más emotivo hasta la fecha – Crítica del Episodio 8

La casa del dragón: el más emotivo hasta la fecha – Crítica del Episodio 8

Pareciera una costumbre que semana con semana en estos textos se asegure que estamos ante el mejor episodio de la temporada. Sin embargo, así funciona La casa del dragón y el episodio 8 es otra muestra de ello. Quizás es porque la historia, conforme alcanza más desarrollo, nos regala momentos más impactantes. Pero sobre todo creo que lo que hace de esta serie algo tan impactante y tan efectivo son las mentes creativas que deciden cómo contarla. 

Con el episodio 8 de La casa del dragón estamos ante un momento de la serie sumamente emocional, tratado con muchas oscuridad y una crudeza muy impactantes. Todo se centra en un personaje que durante toda la temporada ha funcionado como el eje del conflicto y una suerte de reloj de arena o bomba con cuenta regresiva. Amén de uno de los reyes más trágicos que conocimos nunca en las historias de George R. R. Martin traducidas a la pantalla. 

El guion escrito por Eileen Shim lo trata aquí con una devoción y tristeza digna de las obras de Shakespeare. Episodio a episodio hemos visto al rey Viserys, interpretado espléndidamente por Paddy Considine, como un hombre descompuesto miembro a miembro y pedazo a pedazo. Son varias cosas las que consumen su cuerpo y mente. El cuerpo se descompone por las constantes heridas mal tratadas causadas por el Trono de Hierro. Su mente se descompone por la carga que significa llevar un reino, pero sobre todo por el pesar de ver a su descendencia resquebrajada y a punto de extinguirse a sí misma. 

la casa del dragón episodio 8

Todos a su alrededor se involucran e interesan por cuestiones de poder. Pero el rey Viserys simplemente quiere que se amen entre ellos, aquellos a quienes ama. El episodio 8 de La casa del dragón es enteramente su episodio, porque también significa su gran despedida. Lo último que este personaje logre hacer en vida determinará para siempre el futuro de su casa. Y casi logra salvar el desastre, pero cruelmente por su misma voz el conflicto al final será inminente. 

Para El señor de las mareas de nuevo nos enfrentamos a un salto de tiempo. Los hijos de Rhaenyra (Emma D’Arcy) y Alicent (Olivia Cooke) ya no son pequeños. En la Fortaleza Roja gobierna la reina y su padre que es la mano del rey. Todo esto en ausencia del verdadero monarca a quien le falta media cara y se ha convertido en un manojo de huesos constantemente sedado con la leche de la amapola que le evita los fuertes dolores físicos (y emocionales). 

El conflicto se pone en marcha porque Lord Corlys Velaryon (Steven Toussaint) agoniza luego de heridas causadas en la guerra. La sucesión por el reinado de Driftmark de nuevo pone en duda la sangre de los hijos de Rhaenyra, por lo que varios creen tener un mejor reclamo por la gobernanza de la casa. La solución se debe encontrar frente al Trono de Hierro en donde el poder regente de los Siete Reinos decidirá cuál es la mejor opción. 

la casa del dragón episodio 8

Lo anterior brinda la oportunidad de otra reunión familiar. Y como nos ha enseñado la serie hasta el momento, dichas reuniones difícilmente saldrán bien. Este capítulo más que cualquiera de los anteriores aprovecha las emociones del espectador y las vuelve en su contra. Porque no existe nada más cruel que mostrar la esperanza justo antes de arrebatarla. Este capítulo es experto en hacer aquello porque justamente cuando se cree que el conflicto encontrará la solución, los últimos y desafortunados minutos harán de la confusión de un anciano a punto de morir, el canto de guerra que definirá las temporadas por venir. 

También resulta emocional porque El señor de las mareas despide por lo alto al personaje de Paddy Considine. Es impactante ver al rey de los Siete Reinos como una especie de cadáver que aún respira y apenas puede organizar sus ideas y levantar la mirada. Sin embargo, hace un esfuerzo final por tratar de enmendar las cosas y sobre todo por defender a su hija de los ataques que buscan hacer de su sucesión un caos. 

El momento en el que aparece en el salón del trono para caminar con lentitud y esfuerzo hasta su lugar, es sumamente conmovedor. Los elementos más importantes que componen dicha secuencia son la actuación de Considine y la música de Ramin Djawadi. Una cuestión interesante es que hasta el momento la música ha sido escasa y cada aparición suya es muy significativa. El compositor toma la decisión acertada de permitir que la tensión respire sin necesidad de un conductor manipulador como en ocasiones lo es la música. 

la casa del dragón episodio 8

Por otro lado, la puesta en escena de ciertos momentos es lo que hace este episodio algo tan valioso. La dirección de Geeta Vasant Patel es bastante efectiva. Para muchos el hecho de que no exista acción o confrontación física hace del todo algo menos disfrutable. Pero La casa del dragón es todo lo contrario. Se trata de conversaciones a puertas cerradas, entramado político, estrategias llenas de intriga y un aspecto emocional que aquí sale a relucir más que nunca. 

Previo al final tiene lugar una cena privada y familiar. Allí un discurso de Viserys es el que cobra protagonismo porque significa el último gran intento de que los roces y las cicatrices puedan sanarse. Su esfuerzo es efectivo, los dos pilares más importantes de este drama entran en razón y por un momento se observan con perdón y disposición de trabajar en conjunto. La tristeza por una amistad perdida como la de Rhaenyra y Alicent de pronto se siente con mayor peso, cuando ambas incluso lamentan la partida de la otra. 

Sin embargo, estamos en el mundo de Juego de tronos y la esperanza desaparece rápidamente de las manos del espectador. La inserción de la profecía Canción de Hielo y Fuego, en un principio se sintió como algo forzado por tratar de conectar esta serie con su antecesora. Pero en este episodio encuentra su lugar e incluso un sentido más profundo. Las promesas de un ser divino, las promesas de alguien que debería ser elegido y alzado por sobre los demás también es el catalizador por una búsqueda de poder que puede destruirlo todo. 

la casa del dragón episodio 8

La escena final es contundente. No solo por la forma en la que la directora Geeta Vasant Patel elige diseñarla, sino porque marca definitivamente el inicio de la danza de dragones. Estamos a punto de pasar al campo de la acción y de las escenas mayor presupuestadas. No obstante, hasta aquí el camino fue más allá de lo satisfactorio. Demostró que la televisión también tiene sus formas, a veces incluso mejores, de enfrentarse con la calidad vista en la pantalla grande. 

Aunque el episodio 8 de La casa del dragón carece de acción o confrontación física, su narrativa grácil, sus actuaciones, el cuidado de su guion y aquellos momentos emocionales tan potentes y bien logrados quizás dejan entrever que esta serie ya ha superado a Juego de tronos.

Los nuevos episodios llegan cada domingo por HBO Max. 

mm Mi carta de Hogwarts nunca llegó, así que enfoqué mi vida en el cine. Me gusta escribir, Harry Potter, Doctor Who y las fiestas en las que me pongo astrólogo. John Williams y The Killers musicalizan el drama de mi vida.
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