El concepto de comfort movies se puede traducir al español como: películas para ver cuando estás estresado porque te envuelven con felicidad y ausencia de problemas y a veces hasta números musicales de ensueño. ¿Es una definición poco concreta? No os preocupéis, porque las películas que forman esta lista os ayudarán a haceros una idea del tipo de película del que estamos hablando.
El cine es un medio con demasiadas posibilidades artísticas como para considerarlo simplemente una herramienta de puro entretenimiento, pero es que, a veces, eso es exactamente lo que necesitamos: simplemente que consigan que no pensemos en nada durante dos horas. Hay grandes películas que, además de hacernos aprender mucho, pensar, disfrutar y llevarnos a lugares maravillosos, tienen esa cualidad de hacernos olvidarnos de todo durante la hora y media que duran. Son películas para dejar a un lado nuestros problemas, el estrés del día a día o lo que sea que tengamos en la cabeza, y solo dejarse llevar por la historia, los personajes, la música…
En esta lista encontramos títulos como ‘Paddington’, una de las comfort movies más queridas de los últimos años, una bellísima historia para toda la familia protagonizada por un oso inmigrante que llega a Londres en busca de una nueva familia. Además su secuela, ‘Paddington 2’, es considerada por muchos fans como una de las mejores películas de la historia del cine. ¡Y quién somos nosotros para decir lo contrario! Entre las películas que nos relajan y nos hacen felices también está un clásico entre los clásicos: ‘Cantando bajo la lluvia’, un musical cargado de una energía electrizante y un romanticismo desbordante que nos atrapa en cada visionado.
Al final, este concepto que exploramos hoy aquí es muy subjetivo y depende de los gustos y necesidades de cada espectador. Quizás más de un cinéfilo encuentre placer y relajación en una película de Andrei Tarkovsky, y quizás otros hagan lo propio en películas de terror altamente disfrutables como ‘Posesión infernal’ o ‘La noche de Halloween’. Ahora, más allá de las preferencias personales, nos proponemos elaborar esta lista de películas en cuya esencia están las claves de las comfort movies y que seguro que no te van a decepcionar.
Mamma Mia! (Phyllida Lloyd, 2008)
Las canciones de ABBA son pura felicidad, y también lo es este genial musical basado en sus grandes éxitos, desde ‘Dancing Queen’ hasta ‘SOS’. Adaptación del musical de Broadway una de las mejores películas de Meryl Streep, ‘Mamma Mia!’ es una película te obliga a cantar y bailar con ella, estés solo o en compañía. Además puedes hacer doble sesión
Paddington (Paul King, 2014)
¿Preparados para obsesionaros con Paddington? Medio mundo ya lo ha hecho. El queridísimo oso de esta película británica llega a Londres con su gorro rojo, abrigo azul y buenas intenciones, pero pronto tendrá que aprender que la vida puede ser muy dura. Por suerte, su valentía y adorabilidad le ayudará a hacer amigos e incluso formar una familia.
La cosa más dulce (Roger Kumble, 2002)
Fracaso estrepitoso de crítica en 2002, ‘La cosa más dulce’ es, en realidad, una divertidísima comedia liderada por una carismática Cameron Díaz. Seguía la estela de comedias vulgares como ‘Algo pasa con Mary’ y ‘American Pie’ que tanto éxito tenían a finales de los años 90, pero con un giro: “esta vez las que hacían chistes sexuales y escatológicos eran tres mujeres de 30 años que vivían en un mundo post-‘Sexo en Nueva York’ en el que ser solteras, promiscuas e independientes no era motivo de vergüenza sino de celebración”, tal y como reza nuestra oda a ‘La cosa más dulce’.
Súper empollonas (Olivia Wilde, 2019)
Tras su estreno la bautizaron como la ‘Supersalidos’ femenina, pero este debut en la dirección de Olivia Wilde se merece mucho más: ‘Súper empollonas’ es una comedia de primer nivel, sin pelos en la lengua, entretenidísima, salvaje y rabiosamente carismática. Gran parte es responsabilidad de sus dos magníficas protagonistas, Kaitlyn Dever y Beanie Feldstein. La historia sigue a dos brillantes estudiantes y amigas que deciden utilizar su última noche antes de graduarse para pegarse la fiesta que no se han pegado en toda su vida escolar por ser demasiado responsables. Sin duda, una de las mejores películas de adolescentes.
Pride (Matthew Warchus, 2014)
Una de las mejores películas LGTBIQ+ de todos los tiempos, ‘Pride’ te va a alegrar la tarde. Cuenta una historia real: en el verano de 1984,el Sindicato Nacional de Mineros (NUM) convocó una huelga en protesta con las medidas de Margaret Thatcher, y obtuvieron unos aliados que no esperaban: un grupo de lesbianas y gays que deciden recaudar fondos para su causa. Sin embargo, al ver que no aceptan el dinero, los jóvenes se trasladan a Gales para ver qué ocurre. Esta historia real se convirtió en una película llena de corazón, sentido del humor y esperanza.
Nicky, la aprendiz de bruja (Hayao Miyazaki, 1989)
Si te sientes estresado y en pleno proceso de burnout, la historia de ‘Nicky, la aprendiz de bruja’ te va a tocar el corazón. Una de las mejores películas de Studio Ghibli y adaptación de la novela de Eiko Kadono, la película nos cuenta la historia de una bruja adolescente que se va de casa para formar su propio negocio de mensajería, y en el camino tendrá que aprender valiosas lecciones vitales. Una de las películas más brillantes e infravaloradas de Hayao Miyazaki.
Zombies party (Edgar Wright, 2004)
Una de las mejores películas de zombies de la historia del cine, La trilogía del Cornetto de Edgar Wright no podría empezar mejor:‘Zombies Party’ es una de las mejores comedias para reír a carcajadas, además de una originalísima mirada a las zonas comunes del cine de zombis. Protagonizada por Simon Pegg y Nick Frost, la película sigue a un tipo fracasado que, en mitad de un apocalipsis zombi, decide que tiene que poner en orden su, vida, recuperar a su novia y empezar a ser un adulto. Británica hasta la médula, y delirante en cada una de sus escenas.
Love Actually (Richard Curtis, 2003)
Cuántos momentos icónicos nos dejó esta comedia romántica coral de Richard Curtis: el bailoteo del Primer Ministro interpretado por Hugh Grant, los lloros de Emma Thompson al son de Joni Mitchell, el envoltorio navideño imposible de Rowan Atkinson, el concierto de navidad del instituto con Thomas Brodie-Sangster y, claro, los cartelitos de Andrew Lincoln a las puertas de la casa de Keira Knightley (que es, en realidad, uno de esos momentos románticos cuestionables del cine).
Cara a cara (John Woo, 1997)
En el momento en el que veas a Nicolas Cage vestido de cura bailando como un loco en la primera escena de esta película, vas a querer que no se acabe nunca. Con muchos tiroteos marca John Woo y un John Travolta entregado a la historia, ‘Cara a cara’ consiguió ser una de las películas más queridas de los 90, aún con sus excentricidades. Además, no hay duda de que es una de las mejores películas de Nicolas Cage.
Cantando bajo la lluvia (Stanley Donen y Gene Kelly, 1952)
En ‘Delitos y faltas’ el personaje que encarna Woody Allen afirma que ve el musical de los musicales cada dos meses, para mantenerse de buen humor. No somos médicos pero suscribimos la receta. Ninguna película transmite tanta felicidad, optimismo, amor, ilusión y puro disfrute que esta. No importa lo que ocurra fuera de la pantalla, tras el The End querrás bailar bajo la lluvia.
Con faldas y a lo loco (Billy Wilder, 1959)
No hay escena que refleje mejor la intención de esta lista como la el mítico final de la, muy probablemente, la mejor comedia de la historia del cine. Nadie es perfecto, así que deja ir por un momento el estrés y prepárate para reírte con Jack Lemmon tocando las maracas y ver a Marilyn Monroe tocando el ukelele. Qué más se puede pedir…
Cadena perpetua (Frank Darabont, 1994)
Otro que “baila” bajo la lluvia es Tim Robbins en el mítico y liberador final de esta cinta sobre eternos encierros que trata, especialmente, sobre el valor de la libertad y la amistad. Una película que siempre funciona, ilumina y señala las cosas que de verdad importan, por muy adverso que sea el panorama.
Una noche en la ópera (Sam Wood, 1935)
Póngase aquí cualquier título de Los Hermanos Marx. Nadie como Chico, Groucho y Harpo para echar más de una carcajada. Esta fue su cinta más exitosa y cuenta con varios de los mejores gags de la historia del cine, y del humor. Imposible no olvidar tus problemas, por muchas partes contratantes de la primera parte que tengas que solucionar, viendo a gente meterse en ese mítico camarote.
Orgullo y prejuicio (Joe Wright, 2005)
Si ‘Los Bridgerton’ nos ha recordado algo es cómo nos evade un buen drama de época. Quizás sean los férreos modales, la represión sexual o la sociedad opresiva, pero hay algo tremendamente liberador en ver a los protagonistas superar todo eso… Por amor. Por eso, siempre volvemos a ‘Orgullo y Prejuicio’, un clásico de Jane Austin sobre las historias de amor, y matrimonio, de las hermanas Bennet.
Granujas a todo ritmo (John Landis, 1980)
Salidos de los sketches del Saturday Nigth Live (como ‘Los Caraconos’), Elwood y Jake Blues (Dan Aykroyd y John Belushi) encarnaron a los Blues Brothers y, de paso, hicieron mucha justicia al blues en el cine con este gran musical cómico. Sus disparatadas aventuras y el desfile de leyendas como James Brown, Ray Charles o Aretha Franklin (además de Carrie Fisher) hacen que cueste pensar en cualquier otra cosa.
Scott Pilgrim contra el mundo (Edgar Wright, 2010)
Diez años llevan los fans de esta cinta pidiendo una secuela. La imaginativa película de Edgar Wright fue una cuna de nuevos talentos (Brie Larson, Mary Elizabeth Winstead, Chris Evans, Michael Cera, Anna Kendrick o Aubrey Plaza, entre otros) pero también una revolucionaria comedia romántica que utilizó de una forma realmente divertida el lenguaje del cómic y los videojuegos.
Spider-Man: Un nuevo universo (Bob Persichetti, Peter Ramsey y Rodney Rothman, 2018)
Probablemente la mejor película de superhéroes de la historia no tenga nada que ver con el Universo DC ni con el MCU. Es más, ni siquiera tiene héroes de carne y hueso. Las viñetas del trepamuros cobraron vida como nunca en esta unión disparatada de Spider-Man realmente entretenida, espectacular y frenética.
Ocean’s Eleven (Steven Soderbergh, 2001)
Nada como una buena película de atracos, de esas en los que la planificación del plan mola más que el propio robo, para dejarte ir en el sofá. Si además lo haces acompañado de varios de los protagonistas más cool de las últimas décadas, tienes la tarde asegurada.
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