Siete décadas, 49 películas, toda una vida rodeado de escándalo (como narra la docuserie ‘Allen v. Farrow’), una cita obligada con su cine cada año y… se terminó. Lo dejó caer en junio, en una entrevista que realizó Alec Baldwin a Woody Allen en Instagram, en la que el director indicó que había perdido la ilusión en las películas por culpa del streaming. Tres meses después, el bueno de Woody Allen anuncia su retirada tras 50 películas (nuestro único consuelo es que Allen rodará una última película en francés en París) y con él, un modo único y neurótico de entender el cine y también la vida.
Como los nudillos de Harry Powell, el famoso reverendo encarnado por Robert Mitchum en ‘La noche del cazador’, el fracaso más magistral de la historia del cine, al genio neoyorquino o se le ama o se le odia, no suele existir término medio. Pero hay un aspecto que sí encuentra unanimidad: la trascendencia y el estilo de Allen es tal, que se considera un género en sí mismo. ¿Los temas que siempre le han inquietado, y de sobra conocidos? La vida y la muerte, el amor, el sexo, la religión o la cultura. Todos ellos, representados por él mismo o por una serie de personajes de Woody Allen que no ha interpretado Woody Allen, a los que hay que sumar una envidiable lista de intérpretes. A saber: Alan Alda, Dianne Wiest, Anjelica Huston, Michael Caine, Cate Blanchett, la mejor actriz de su generación, o tres de sus principales -y mejores- musas: Mia Farrow, Diane Keaton y, la más reciente, Scarlett Johansson.
Dos géneros son los que han caracterizado todas sus películas: la comedia y, en menor medida, el drama (o la tragedia), pero es en esa delgada línea que separa ambos, y que encuentra en el amor a su principal cómplice, en la que se ha sentido más cómodo y en las que nos ha entregado algunas de las mejores películas de amor de la historia, como ‘Manhattan’, que es también una de las mejores comedias románticas jamás realizadas.
Hace algún tiempo, el director de origen judío eligió aquellas que, en su opinión, eran sus mejores obras dentro de su filmografía. Algo que sorprendió, más por las notables ausencias que por su particular selección. Dejó fuera la mencionada ‘Manhattan’ y también ‘Annie Hall’, dos de las mejores películas de la historia del cine. Por supuesto, ambas están en este ranking. Junto a ellas, no podían tampoco faltar ‘Match Point’, su última gran obra, ‘Zelig’, ‘Maridos y mujeres’, ‘Delitos y faltas’ y ‘Midnight in Paris’, una de las mejores películas de viajes en el tiempo. Mientras esperamos la película que cerrará su carrera, repasamos y seleccionamos lo mejor de su vasta obra.
20 ‘Toma el dinero y corre’ (1969)
El debut en solitario de Woody Allen, que también firmaría el guion mano a mano con Mickey Rose, y para el que se reservaría el papel principal (algo que acabaría siendo habitual en sus producciones). Planteada en clave de falso documental, ‘Toma el dinero y corre’ es un ejercicio de puro slapstick que tira de clásicos protagonizados por Buster Keaton y Charles Chaplin para desarrollar algunas escenas desternillantes. Inolvidable el frustrado asalto al banco que lleva a cabo el personaje al que da vida Allen, el incompetente atracador Virgil Starkwell.
19 ‘Blue Jasmine’ (2013)
A pesar de que el conjunto llega a ser algo denso, ‘Blue Jasmine’ es una de las películas de su filmografía que mejor sabe equilibrar el drama y la comedia, un producto sólido, con empaque y con la que Allen recuperaría cierto tono satírico cargado de mala leche apuntando directamente a la clase alta neoyorquina, al centrar el relato en Jasmine French, una mujer acostumbrada a la buena vida hasta que su marido es encarcelado por estafa y lo pierde todo, dejándola al borde de la bancarrota. Cate Blanchett, la primera ganadora del Goya internacional, está excepcional.
18 ‘El dormilón’ (1973)
Una de las películas más extrañas de su filmografía, en la que sería su primera y única incursión en la ciencia ficción, sin dejar de lado el humor absurdo. Imaginativa e ingeniosa, en ‘El dormilón’ Allen plantearía una América en el año 2.174 regida por un férreo control policial y en el que las personas son auténticas autómatas, algo que aprovecharía para arremeter contra los políticos, el bajo nivel de la televisión y la evolución de la tecnología, entre otros temas. Esta infravalorada película de ciencia ficción, marcaría su primera colaboración con Diane Keaton, una de sus actrices fetiche.
17 ‘Café Society’ (2016)
Al igual que nuestra crítica de ‘Café Society’, puedes estar a favor o en contra de la cinta protagonizada por Kristen Stewart y Jesse Eisenberg en un personaje que, por cierto, años atrás hubiera interpretado el propio director, pero lo que está claro es que este triste y melancólico retrato del Hollywood de los años 30 es una historia sobre la irracionalidad del amor, que posee un tramo final que se encuentra entre lo mejor de su filmografía.
16 ‘El sueño de Casandra’ (2007)
En su momento, fue vista como una suerte de “cara B” de la gloriosa ‘Match Point’ al huir de la comedia para abrazar la tragedia, el crimen y las bajas pasiones del ser humano. Una pena, porque la película protagonizada por los hermanos Blaine –Ewan McGregor y Colin Farrell– tiene suficiente entidad y calidad como para funcionar desde el primer minuto. ‘El sueño de Casandra’ es una de las mayores aproximaciones a la obra de la escritora Patricia Highsmith, y con loa trágicos dilemas morales que plantea se podría colar fácilmente entre las mejores películas de Hitchcock.
15 ‘Misterioso asesinato en Manhattan’ (1993)
Una de las grandes comedias de intriga del genio neoyorquino protagonizada por el propio Allen, Diane Keaton, Alan Alda y Anjelica Huston y, como su título indica, con la Gran Manzana como telón de fondo. ¿Qué ocurre cuando una aburrida ama de casa comienza a sospechar que su vecino ha asesinado a su mujer? Pues que se pone a investigar y, mientras persigue la verdad, surgen una serie de hilarantes enredos. Si te sabes de memoria las claves que planteaba ‘La ventana indiscreta’ de Alfred Hitchcock, prueba con esta, no te arrepentirás. De aquí surgiría una de las citas más memorables de Allen: “No puedo escuchar tanto Wagner, ¿sabes? Me dan ganas de invadir Polonia”.
14 ‘Desmontando a Harry’ (1997)
‘Desmontando a Harry’ es una de esas ácidas comedias marca de la casa. En ella, Allen da vida a Harry Block, un neurótico y mujeriego escritor que está llevando a cabo una novela autobiográfica en la que da gran cantidad de detalles sobre las personas que han pasado por su alocada vida, hasta el punto de que sus amigos, parientes y ex-mujeres sienten un profundo odio hacia él. Woody Allen mezclaría ficción y realidad en la que se convertiría en una de las mejores películas de los añ0s 90.
13 ‘Melinda y Melinda’ (2004)
¿Por qué no suele figurar esta gran película en cualquier lista que se precie sobre Woody Allen? ‘Melinda y Melinda’ es una de las grandes olvidadas de su director y, sin embargo, es una de las cintas más complejas, originales y divertidas de su extensa filmografía.
La misma historia, la de Melinda (sensacional y versátil Radha Mitchell), desarrollada desde dos puntos de vista: la comedia y el drama (sin llegar, por supuesto, al punto de ser una de esas películas tristes para llorar), ambos géneros hermanados y que han constituido la carrera del cineasta. Desde aquí, reivindicamos esta joya.
12 ‘Días de radio’ (1987)
La nostálgica cinta autobiográfica de Allen es una de las mejores películas sobre la radio de la historia del cine. ‘Días de radio’ encuentra su dial en un repaso por las melodías y las vivencias de su infancia, con ciertas alusiones al contexto social y político de una época pasada, junto a algunos de los principales hitos de la era dorada de la radio. Una mirada con cierto humor al pasado, a la infancia marcada por hechos trascendentales que han forjado el carácter y la manera de ver la vida de su director.
11 ‘La última noche de Boris Grushenko’ (1975)
Algunos de los gags más graciosos de Allen estén concentrados en esta deliciosa parodia ambientada en el siglo XIX, en la invasión napoleónica de Rusia. La mítica pareja de estrellas Keaton-Allen funciona a las mil maravillas en esta película, la que cerraría su primera etapa, anterior a ‘Annie Hall’, y también la más brillante.
‘La última noche de Boris Grushenko’ es una divertida parodia sobre la literatura rusa, con especial atención al clásico de Tolstói ‘Guerra y Paz’, a la que, a pesar de su condición de comedia, no le tiembla el pulso a la hora de exhibir temas como la muerte, la moral y la culpa.
10 ‘Midnight in Paris’ (2011)
Junto a ‘La rosa púrpura de El Cairo’, la película más mágica y original de su filmografía. En ‘Midnight in Paris’, un Allen en plena forma mezclaría ficción y realidad para ofrecernos una de las mejores películas de viajes en el tiempo -historia de amor mediante, por supuesto- protagonizada por un guionista de Hollywood aspirante a escritor (Owen Wilson) en la ciudad de las luces. Y, a lo lejos, sentados en una mesa, Luis Buñuel, Ernst Hemingway, Pablo Picasso y Salvador Dalí (y sus rinocerontes). Casi nada.
Cuando la película termina, es imposible no querer pasear por las calles de Montmartre en esa Paris de los años 20. Y si es con la encantadora Marion Cotillard, mejor.
9 ‘Zelig’ (1983)
Como ya hiciera en ‘Toma el dinero y corre’ y como haría años más tarde en ‘Acordes y desacuerdos’, Allen elegiría la fórmula del falso documental para narrar a través de sucesivos testimonios la vida de Leonard Zelig (Woody Allen), conocido como el hombre camaleón por su capacidad para cambiar su apariencia adaptándose al medio en el que se desenvuelve.
Una de los guiones más divertidos de su director, que utilizaría novedosos efectos especiales -recordemos, 1983-, para hacer realidad esa parodia en la que Zelig se reuniría con personajes de la talla de Adolf Hitler o Al Capone.
8 ‘Balas sobre Broadway’ (1994)
Imagina que eres un fracasado autor teatral que, por fin, consigue financiación para una de sus obras. ¿El problema? Que el dinero proviene de un gánster cuya condición es clara: su incompetente novia tiene que formar parte del reparto y, por si esto fuera poco, un guardaespaldas transmutado en ese Dios llamado Billy Wilder sugiere cambios en el guion para darle ese toque de calidad a la obra.
John Cusack haría las veces de Woody Allen en una muy disfrutable comedia sobre los entresijos del mundo del teatro y la lucha por los senderos que conducen al reconocimiento y en la que destaca de manera especial Dianne Wiest como la manipuladora diva Helen Sinclair, papel por el que obtuvo el Oscar a la mejor actriz de reparto.
7 ‘La rosa púrpura de El Cairo’ (1985)
La película más hermosa e imaginativa del longevo director, protagonizada por Jeff Daniels y por una estupenda y encantadora Mia Farrow. Un loable ejercicio de cine dentro del cine que emplea la fantasía que ofrece este medio como vía para escapar de la monótona y aburrida realidad.
Allen ha homenajeado a la radio, también al teatro, y aquí sería el turno del cine. Para ‘La rosa púrpura de El Cairo’, se inspiraría en la obra ‘Seis personajes en busca de autor’ del autor Luigi Pirandello y en ‘El moderno Sherlock Holmes’ de Buster Keaton para elaborar una disparatada trama -un personaje de una película romántica de aventuras sale de dicha película y entra en el mundo real- en la que, sin embargo, resulta imposible no entrar en el mágico juego que propone su director.
6 ‘Delitos y faltas’ (1989)
Drama y comedia se dan la mano en una película en la que Allen abordaría las decisiones personales como desencadenantes de la culpa. Una obra redonda de principio a fin dotada de un ritmo excelente con la que demuestra ser un maestro en el difícil arte de equilibrar una tragicomedia mediante dos historias cruzadas sin aparente conexión que acaban por desembocar en un final demoledor.
‘Delitos y faltas’ es, además, una de las mejores películas protagonizadas por Martin Landau, que aquí daría vida a un exitoso oftalmólogo que, tras dos años viviendo una relación extramatrimonial, es chantajeado por su amante.
5 ‘Maridos y mujeres’ (1992)
Woody Allen ofrecería una completa exploración de las relaciones de pareja a través del agotado matrimonio de Jack (Sydney Pollack) y Sally (Judy Davis) y por el tambaleante matrimonio que forman Gabe (Woody Allen) y Judy (Mia Farrow), en una nueva colaboración con la actriz, coronándose como una de esas parejas reales que compartieron película en Hollywood. De este modo, se alejaría de manera sutil de la caricatura de muchas de sus películas para golpearnos de manera certera sobre la complejidad de las relaciones en este relato intimista en el que sacaría a relucir todo el repertorio de miedos, deseos, sueños, frustraciones y disputas conyugales que anidan silenciosas en cada uno de nosotros. Demoledora.
4 ‘Manhattan’ (1979)
En ‘Manhattan’, Allen realizaría todo un canto de amor a la ciudad que le vio nacer y un certero homenaje a las películas en blanco y negro con las que creció gracias a la maravillosa fotografía de Gordon Willis. Esta historia de amor y desamor que gira en torno a diálogos existencialistas es una de las películas insignia del cineasta en la que destacamos el realismo y cotidianidad que emplea al narrar el sentir de las relaciones bajo el amparo de la exquisita Nueva York. Una propuesta arriesgada en su momento que, de rodarse años después, se habría convertido en uno de esos clásicos modernos en blanco y negro.
3 ‘Match Point’ (2005)
Scarlett Johansson, en una de sus diez mejores interpretaciones, y Jonathan Rhys Meyers protagonizarían uno de los grandes éxitos contemporáneos de Woody Allen, que cambiaría de registro eliminando cualquier atisbo de humor para abrazar por completo el drama. Un relato lleno de matices centrado en las relaciones de pareja y en aquello que las rodea: la pasión, el deseo y el papel fundamental que juegan la suerte y el destino en nuestras vidas.
De largo, la mejor obra de Woody Allen de su etapa londinense y su última gran película.
2 ‘Hannah y sus hermanas’ (1986)
‘Hannah y sus hermanas’ sería la penúltima gran pieza de Allen en la maravillosa década de los 80 gracias, en parte, a su milimétrico e inteligente guion y a un descomunal elenco de intérpretes encabezado por Mia Farrow, Barbara Hershey, Dianne Wiest y Michael Caine. En ella, seguimos las historias entrelazadas de tres hermanas muy unidas, pero de caracteres completamente diferentes, en torno a los temas que caracterizan -y preocupan- al neoyorquino: el amor, la muerte, el sexo, la infidelidad y el deseo.
1 ‘Annie Hall’ (1977)
Como no podía ser de otra forma, llegamos con ‘Annie Hall’ a la mejor película de de su director. La historia de amor entre el neurótico Alvy Singer (Allen) y la perspicaz Annie Hall (Keaton) se convertiría en la obra más compleja de su filmografía, con un guion redondo, una espléndida Diane Keaton (ganadora del Oscar por esta interpretación) y con una estructura narrativa y estilo visual que desafían toda formalidad (la película rompe la cuarta pared, además de contener flashbacks, escenas de animación e infinidad de recursos).
Durante la promoción de ‘Rifkin’s Festival’, (2020), aseguraba
Woody Allen que ninguna de sus películas se puede considerar “arte con mayúsculas”, pero creemos que el realizar la mejor comedia de todos los tiempos es una razón más que suficiente para contradecir al bueno de Woody y, de paso, darle las gracias por semejante obra de ARTE, en mayúsculas.
Jorge Fernández Mencías
Redactor que habla de cine, en especial de terror y ciencia ficción, el perfecto equilibrio entre el silencio del espacio y el atronador grito del slasher.
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