“Puedo hacer de Rocky hasta que tenga 100 años”: Sylvester Stallone se sincera sobre sus fracasos antes de hacerlo en Netflix


“Esto no ha sido un accidente”, explica Sylvester Stallone al presentar ‘Sly’, de Thom Zimny, documental-retrospectiva sobre su vida, su obra y su mito, y remata con una de esas frases inspiradoras del cine que son lecciones de vida: “Seguid luchando (keep punching)“. Después del documental, cuando se enciendan las luces de la sala, entenderemos por qué este hombretón de cine, con más de cincuenta películas y 3000 millones de dólares recaudados en taquilla, nos da aconseja la vía de la perseverancia.

Un día antes de la proyección, Stallone da una masterclass moderada por Cameron Bailey, el director artístico del festival, donde habla de su pasado mítico y su presente en retirada. Han sido dos días de confesiones íntimas, que sintetizamos abajo.

una imagen del actor sylvester stallone

20th Century Studios

Sylvester Stallone, estrella de barrio

Sly (así llaman a Stallone de forma coloquial) nació en el barrio de Hell’s Kitchen de Nueva York el 6 de julio de 1946. Es hijo de una trapecista y un peluquero, un hombre que maltrata sistemáticamente a su mujer y a sus dos hijos. “Pasé por treinta escuelas en doce años“, bromea el actor al recordar una infancia marcada por la violencia. De colarse en todas y cada una de las sesiones de cine a las que asistía a trabajar como ujier en una sala, donde empezó a grabar los diálogos de las películas que veía, para reescribirlos en casa.

La vida de Stallone, según cuenta, fue siempre autoformativa. En la masterclass, añadió a su historial: “Trabajaba en una librería y trabajaba justo al lado del teatro… Y robaba libros, y quiero decir, muchos libros. Entonces la policía vino a buscarme. Dije: ‘Tengo que quemar los libros’. Están en la bañera, pero no consigo hacer que ardan… Así que [la policía] literalmente me dice: ‘¿Sabes qué? Quédate con los libros’. Fue entonces cuando comencé a leer, leer, leer y estudiar, y básicamente me autoeducaba. Me metí a fondo con Edgar Allan Poe. Así que, si no hubiera ‘tomado prestados’ esos libros, nunca habría escrito ese tipo de guiones.”

Supo que quería hacer cine cuando, con doce años, vio a Steve Reeves hacer de ‘Hércules’ en el péplum de Pietro Francisci (1958). En ‘Sly’, el actor recorre con los ojos el cuerpo híper musculado de Reeves, y comenta: “Estaban estos hombres tratando de superar obstáculos increíbles, incluso a riesgo de sus propias vidas. De hecho, darían voluntariamente su vida por un ideal más elevado”. Dice, “yo siempre había querido salvar el día”. En la película, pasan por encima que su primera incursión en el cine fue en el porno (en ‘The Party at Kitty and Stud’s’), por necesidad.

sylvester stallone bananas

Jack Rollins & Charles H. Joffe Production

Esos días, Stallone sólo era reclutado en el cine como matón (así lo vimos en ‘Bananas’ de Woody Allen o en ‘La pandilla del barrio’ de Stephen Verona y Martin Davidson): “Yo era tan difícil de recrutar que tuve que empezar a escribirme los personajes”, explica en la película. Y así nació ‘Rocky’: “Sólo escribí sobre lo que conocía. Estaba escribiendo sobre este hombrecito con problemas mentales y mucho corazón”. “¡Es una historia de amor!”, se repite en la película, por eso tuvo sentido en la cabeza de tanta gente… “Es la historia de un tipo que quiere que su mujer se sienta orgullosa, y pasa que él es boxeador”.

‘Rocky’, ‘Rambo’, la caída y el renacimiento con ‘Los mercenarios’

‘Sly’ ilustra cómo el primer pase de ‘Rocky’ antes de su estreno comercial fue un desastre absoluto, pero no se mete en el berenjenal de los derechos que Irwin Winkler, productor, compró a precio de saldo y por los que ahora Stallone está batallando duramente (esa es la razón por la que no aparece en ‘Creed 3’). El resto es historia y, en todo caso, nadie puede arrebatarle a Sly el privilegio de encarnar a una de las figuras totémicas del cine comercial del siglo XX. De hecho, el documental accede a la mansión del actor y no duda en enseñarnos cuantísimos bustos, figuritas e incluso una estatuas de bronce a tamaño real que guarda del personaje…

En la clase magistral, se le preguntó con qué personajes suyos se identifica más: “Puedo hacer Rocky hasta que tenga 100 años, porque [en ese universo] hay muchas historias diferentes. No tiene sólo por qué pelear en el ring… A Rambo, puedo dejarlo. Ya ha hecho muchas cosas. Aunque quieren hacer otra, yo digo: ‘¿Contra qué estoy luchando? ¿Contra la artritis?’“. Stallone también reescribió el primer Rambo, que “en la primera versión de guion era un maníaco asesino”, para volverlo un tipo bueno pero roto (en la película, lo compara con su padre).

rocky, sylvester stallone

Warner Bros.

Reconoce que esa fue una época de competición absoluta con Arnold Schwarzenegger, el otro híper hombre de los ochenta. Schwarzenegger aparece como testigo en el film, bromeando sobre cómo iban aumentando el tamaño de sus cuchillos, la escala de sus explosiones, aunque acaba por admitir que él siempre llegaba un poco más tarde. Sobre la cantidad de secuelas que siguieron a las ‘Rocky’ y ‘Rambo’ originales, Stallone admite: “Es importante como artista saber cuáles son tus fortalezas, pero aún más importante es conocer tus debilidades”.

“Nunca veáis las segundas partes de los biopics de un artista”, dice el actor, porque después del ascenso siempre viene la caída. Sly mira a los años después de las secuelas de ‘Rocky’ y ‘Rambo’ como una época de experimentación y fracaso. Entonces, se embarcó en el registro de la comedia (‘¡Oscar! Quita las manos’, ‘¡Alto! O mi madre dispara’) o el thriller de acción más pura (‘Juez Dredd’, ‘Máximo riesgo’)… En los que Stallone trataba de alejarse de la sombra de su mito, con personajes “cada vez más monosilábicos”, que “eran cada vez menos personaje y más hombre de acción“.

Si bien el actor cuenta con grandes películas como ‘Demolition Man’, que bien podría estar entre las mejores películas de los 90, pero que nunca alcanzó el éxito de ‘Rocky’ o ‘Rambo’. En ‘Copland’, de 1997 con Harvey Keitel y Robert de Niro, Stallone ofreció una de sus mejores interpretaciones: allí daba vida a un triste y apocado sheriff de una pequeña ciudad de Nueva Jersey. Fue un éxito entre la crítica, pero un desastre en taquilla: “Tienes que ser un especialista, hacer bien lo que sabes. No puedes hacer un Shakespeare con mi cuerpo”. ¿Estáis de acuerdo?

los mercenarios

Wide Pictures

Desde entonces, el actor ha vuelto a proponer grandes acrobacias en la saga de ‘Los mercenarios’ (ahora ya por la cuarta entrega), una reunión masiva de todos los actores que han marcado el cine de acción de los últimos tiempos: Schwarzenegger, Bruce Willis, Micky Rourke, Json Statham, Jet Li o el mismísimo Dolph Lungren… Sin embargo, para el cineasta la fiesta del músculo ha llegado con lesiones graves, que se añaden a un largo historial médico remontándose a ‘Rocky’ (allí el corazón de Stallone lo dejó en la UCI).

En la clase magistral, admitía: “He tenido muchas lesiones porque [en los rodajes] te dicen: ‘Bueno, si quieres hacerlo bien, hazlo tú mismo’, lo cual no es cierto. Pero lo hice, me gusta hacer cosas que no estén hechas de CGI (…). Aunque no sé si este tipo de cine [de acción real] prevalecerá o si seguirá el camino del dodo. Tienes que arriesgarte y aceptar los moretones y los golpes. No sé si eso es lo más inteligente, es la única forma en que sé hacerlo”.

‘Sly’ se estrenará en Netflix el 3 de noviembre.

Headshot of Mariona Borrull

Especialista en películas de estreno y series de actualidad, festivales internacionales y todas las novedades de cine de autor. Se graduó en Comunicación Audiovisual en la Pompeu Fabra, en el área de Análisis y crítica.

Lleva seis años escribiendo reseñas y cubriendo noticias en Fotogramas, es la firma semanal de cine en Tot és Comèdia de SER Catalunya y Va de Cine de Radio 4, y colabora regularmente en Gara, El Cultural y SensaCine desde el festival de Cannes, Venecia y Berlín. Se ha colgado la medallita por ser la segunda persona de España en recibir el distintivo Berlinale Talents como periodista.

Le apasionan las series (habla de ellas en Plaça Tísner de Betevé) y el anime, del que escribe en Serielizados y al que da vueltas en el podcast Sopa de Miso, de la misma revista. Podréis leer sus artículos sobre videojuegos indie en la revista LOOP, de GameReport, y ha publicado un capítulo en el libro “Pier Paolo Pasolini. El grito que no cesa” (Semana Internacional de Cine de Valladolid y Caimán, cuadernos de cine, 2022).

Es parte del comité de programación del Festival l’Alternativa de cine independiente de Barcelona, para quienes también lleva la prensa. Desde el año pasado, programa películas sobre vino en el Festival Most. Le veréis como participante y coordinando actividades educativas alrededor del cine, en colaboración con ciclos, festivales y escuelas como La Casa del Cine o ESCAC. Hoy se gana el sueldo, también, como docente de Narrativa Audiovisual en el Grado de Videojuegos de la Universitat Politècnica

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