¿Qué problema tiene ‘La Casa del Dragón’ con el colectivo queer?
¡Spoilers del episodio 5 de ‘La Casa del Dragón‘ a continuación!
Si hay algo seguro en Poniente es que nadie morirá nunca siendo anciano. Hay demasiados dragones, asesinos y úteros arrancados como para conseguirlo. Es un milagro de por sí, que alguien llegue a sobrevivir su nacimiento, para ser honestos. Pero, dentro de este ámbito de peligro constante, hay algunos que tienen más probabilidades de morir que otros.
Sí, hablamos del colectivo queer. Los ‘gay of thrones‘ que dirían en inglés, y que por desgracia no tiene una traducción al español igual de elocuente.
‘Juego de Tronos‘, una de las mejores series de la historia, como es comúnmente conocida, siempre ha tenido un desarrollo acostumbrado a asesinar a casi todo el mundo, sí, pero en lo que a personajes del colectivo LGTBIQ+ se refiere, se lleva la palma. Siempre ha habido un subtexto homófobo que resulta imposible ignorar.
En un mundo donde todos mueren, los hombres queer como Oberyn Martell, Loras Tyrell y el rey Renly, han sufrido muertes más sangrientas que muchos otros. Y tampoco es que las mujeres del colectivo hayan tenido un destino mucho mejor, salvo Yara, que logró alcanzar con éxito el final, mientras el resto caían como moscas a su alrededor. (No significa esto que haya alcanzado la meta sin esfuerzos, desde luego.)
Pero, ¿eso es lo normal, no? La gente queer debería vivir y morir como cualquier otro personaje en la TV, ¿verdad? Bueno, sí, pero existen ejemplos específicos, aún en 2022, donde este maltrato y crueldad que la gente queer sufre, sobrepasa a lo que les sucede a sus compañeros heterosexuales.
Un poco como en la vida real, realmente.
‘La Casa del Dragón‘: una serie donde los gays pueden desafiar todas las probabilidades y vivir felices y amarse, pero solo durante una escena o dos, por culpa de gente heterosexual.
Tras un adelanto, donde se podría haber imaginado «algo más» entre Rhaenyra y Alicent en el episodio 1 (¿queerbaiting?), ‘La Casa del Dragón’ se ha preocupado más del incesto que de la homosexualidad, dándole una representación que el colectivo LGTBIQ+ no encontrará. Es importante señalar aquí que la «exactitud histórica» no debe aplicarse, ya que tampoco había dragones rondando por ahí en el pasado.
Unos episodios más tarde, un joven Laenor Velaryon, apareció volando en uno de esos dragones como un arcoíris atravesando las nubes, dispuesto a repartir alegría queer por todas partes. Qué tierno.
Sin embargo, su alegría no puede expresarse abiertamente, así que hasta que no mantiene una charla fuertemente codificada con Rhaenyra, no sabremos que ha desarrollado un gusto «diferente» que otros hombres por la carne.
Sí, es un hombre de salchichas, y eso es un problema en Poniente, porque… bueno, por nada realmente. Es un mundo ficticio en el que la homofobia podría no existir.
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Aún así, nada le impide a Laenor besar a su amante, Ser Joffrey Lonmouth, cada vez que tiene ocasión… Lo cual no es durante mucho tiempo, al parecer.
Su breve escena de amor, notablemente más suave que todo el incesto de los Targaryen, es rápidamente ensombrecida por lo que le sigue. Demasiado rápidamente desde que hemos conocido a la primera pareja homosexual feliz de la serie.
Después de planear la tapadera entre Rhaneyra y Laenor, que le permitirá a ella continuar con su romance secreto con Ser Criston Cole, todos asisten a la espléndida celebración en la corte real. Es un precioso día, un estupendo momento para estar vivos. Así que es necesario que el interior de alguien salga al exterior, lo antes posible. Al más puro estilo de la boda roja.
Joffrey, sobrellevado por su necesidad de cotilleo, le cuenta a Criston que está al tanto de su relación con Rhaenyra. ¿Está siendo un vanidoso, o es que ve a los dos como almas gemelas, acompañando a sus amantes secretos eternamente junto al trono?
Sea como sea, Criston no se lo toma muy allá. Invadido por la necesidad heterosexual de pegarle puñetazos a cosas, el amante de Rhaenyra agarra a Joffrey delante de toda la corte, y comienza a destrozar su cara con sus guantes de metal hasta convertirla en pulpa. Es como si un elefante pisase un pedido de McDonalds, pero con la cara de Joffrey.
Sorprendentemente, Joffrey no sobrevive a este ataque, y Laenor se ve obligado a pasar el duelo de su amante, un instante antes de ser forzado a casarse con Rhaenyra.
Pero, ¿era necesario que Joffrey muriera así? Matad a los gays, sea como sea, pero cuando el gay en cuestión es uno de los primeros y únicos de la serie al completo, asesinarlos de una forma tan cruel y sádica, tan solo refuerza otras conductas peligrosas.
Tampoco ayuda que la duración de Joffrey en la serie fuese tan breve. Muy a menudo, los personajes queer se introducen al servicio de personajes heterosexuales, y este es un absoluto ejemplo de ello.
A pesar de los grandes esfuerzos de Solly McLeod, Joffrey no es un personaje con derecho propio durante su aparición en la pantalla. En lugar de eso, está colocado específicamente para morir a manos de Criston (y su masculinidad tóxica), en lugar de para mover las piezas del ajedrez como Laenor, Rhaenyra, o incluso Alicent, a las posiciones más adecuadas para la próxima semana.
Ahora Joffrey es una marioneta de carne y nada más, pero es injusto por parte de la serie el reducirle a eso.
Los esfuerzos de hacernos simpatizar con Criston al final solo enfatizan lo que está mal de esta trama. ¿Por qué tendríamos que sentir algo, además de resentimiento, por un personaje cuyas inseguridades le han llevado a esa forma homófoba de violencia?
Los personajes de moralidad dudosa son la base de esta franquicia, así que no hay nada intrínsecamente mal al explorar eso con Criston, pero el tema es cómo ‘La Casa del Dragón’ utiliza esa moralidad en su favor.
Y es todavía más palpable cuando consideras el contexto general alrededor de la muerte de Joffrey. En el material original, Criston hiere de gravedad a Joffrey en un torneo en conmemoración de la boda. Y no es hasta más tarde cuando muere a causa de esas heridas, con Laenor a su costado.
Lo que significa que el equipo de ‘La Casa del Dragón’ debió leer ‘Fuego y Sangre’ y pensó: «Esta muerte es demasiado indulgente para alguien como Joffrey. Vamos a subirle la crueldad, le separamos de Laenor en sus últimos momentos, y lo tenemos.»
Y con, «alguien como Joffrey«, nos referimos a un amigo de Dorothy. Un hombre gay, si os gusta más. Y esta no es la primera vez que la franquicia de ‘Juego de Tronos’ ha tomado una decisión así.
En los libros originales de ‘Canción de Hielo y Fuego’, Loras Tyrell sufre algunos daños severos, es verdad. Pero en la serie, Loras es enjaulado y torturado realizando una terapia de reconversión medieval, antes de saltar por los aires. Explotando como la cabeza de Oberyn en su pelea contra La Montaña.
Y sí, esa última frase corresponde a otra muerte desproporcionada para los gays, si te lo estabas preguntando.
Creíamos que ‘La Casa del Dragón’ había aprendido algo de los errores de ‘Juego de Tronos’, pero seguimos teniendo esta conversación de nuevo en 2022.
No toda la esperanza está perdida, esperemos.
Si Laenor sobrevive lo suficiente como para convertirse en un personaje desarrollado, existe la posibilidad de avanzar hacia una visibilidad mayor del colectivo queer, más allá de pequeños flashes en los burdeles o este movimiento de «Entierra a tus Gays».
Y a lo mejor, solo a lo mejor, Laenor consigue llegar a anciano o, aunque sea, logra aparentarlo en el reino letal de Poniente.
‘La Casa del Dragón’, temporada 1, se emite todas las madrugadas de los lunes, en España, en HBO Max. Todas las temporadas de ‘Juego de Tronos’ están disponibles en streaming en HBO Max.
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