Bad Boys: hasta la muerte – Crítica de la película

Casi 30 años después del estreno de la primera película de Bad Boys (o, Dos policías rebeldes, como se le conoció en 1995), Will Smith y Martin Lawrence regresan a los zapatos de Marcus y Mike con Bad Boys: hasta la muerte. Ahora lo hacen para investigar un caso de corrupción en contra del fallecido capitán Howard (Joe Pantoliano). Deberán limpiar su nombre mientras se escapan de la justicia que quiere incriminarlos.

Las primeras dos cintas de la franquicia fueron dirigidas por Michael Bay, pero las dos últimas (incluyendo ésta), son de Adil El Arbi y Bilall Fallah. Se pueden decir muchas cosas del estilo cinematográfico de Bay, pero su ausencia es notoria. A pesar de que en esencia las secuelas siguen siendo emocionantes, la extravagancia y estilo visual único de Michael Bay siempre añade un elemento que hace extrañarlo. No obstante, después de casi tres décadas, la química de la dupla de Smith y Lawrence en cualquier película de Bad Boys sigue siendo única. Es una mancuerna que sólo logra transmitir el dinamismo que tiene a través de una amistad verdadera. Y qué bueno, pues de otra forma no habría manera de que la cinta funcionara.
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Desde el comienzo de esta película, comenzamos con una escena al clásico estilo de Bad Boys: mucha acción con un toque de comedia. Estas secuencias, claro, se intensifican a lo largo de la cinta, con giros y sorpresas. Esto es muy afortunado, ya que desde el comienzo te mantiene expectante por saber a dónde van los personajes y cómo han evolucionado sus vidas desde la última vez que los vimos. Además de que es evidente que a ambos actores les gusta estar en el proyecto.
Una de las cosas que más destaco es el hecho de que si bien es la cuarta entrega de la saga y los personajes tienen una trayectoria, es una película que se sostiene por sí misma. Obviamente, si has visto las anteriores te puedes percatar de más detalles y abordarla con mucha más información. Aún así, me parece que se sostiene por sí sola. A diferencia de otras secuelas menos afortunadas, no intenta colgarse de las demás haciendo más referencias de las necesarias.

Ciertamente ahora que han pasado tantos años, vemos a Mike y Marcus desde una perspectiva algo diferente. Ahora sus motivaciones son las personas que aman y que ellos estén bien. Realmente todo el conflicto se resume en defender y proteger a quienes son importantes en sus vidas. Marcus, después de estar a punto de tirar la toalla, comienza a ver la vida desde un punto de vista más sensible. Pero Mike, ahora vive aterrado de que su trabajo pueda perjudicar a los suyos. Haciendo que conozcamos un lado que no necesariamente habíamos visto anteriormente: esto le da un toque de frescura a la situación.
En general, el ritmo de la película Bad Boys 4 funciona, logra preservar la esencia de la original y es una cinta entretenida que sabe lo que es y cuál es su misión. Al final del día, este dúo dinámico, hace lo que se propone: salvar el día, emociones al por mayor y sí, muchas risas.
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