Han pasado ocho años desde la última película de David Cronenberg, Map to the Stars (2014), que el cineasta canadiense también presentó en el Festival de Cannes. Un período difícil en que Cronenberg ha perdido a su esposa Carolyn Zeifman, fallecida en 2017, y a su hermana Denise, diseñadora de vestuario habitual de sus películas, que murió en 2020. En la rueda de prensa de su esperado regreso al cine con Crimes of the future, el director ha recordado que tiene más años que el propio Festival (de gala en esta edición por su 75 aniversario). Pero, aunque la muerte y la idea del deterioro del cuerpo atraviesen todo su cine, pocos cineastas tan joviales, divertidos y llenos de vida hemos visto en Cannes como el responsable de La mosca e Inseparables.
Crimes of the future entronca de forma orgánica con algunas de sus películas anteriores como Videodrome, Existenz y Crash, Pero David Cronenberg afirma que no ha ideado el film como una continuación al concepto de la “nueva carne” que él mismo engendró hace 40 años, porque “concibo cada película como una entidad diferente, no como una continuación a otra que ya existía”.
Las conexiones son inevitables porque todas provienen de mi mismo sistema nervioso, pero yo no pienso en mis obras precedentes cuando escribo una nueva
Su nueva obra resulta una producción modesta comparada con otros títulos de su filmografía, y todavía más en relación a otros films presentes en el festival con los que se le llegó a vincular. “Es verdad que me ofrecieron dirigir Top Gun. Poca gente se acuerda de ella, pero yo realicé una película de carreras de coches, Tensión en el circuito (Fast Company, 1979), así que tampoco resultaba tan raro que alguien pensara en mí para otro film sobre máquinas que se mueven muy rápido”.
Respecto a Top Gun, creo que no pasa nada por dedicar dos horas de tu vida a ver películas de este tipo; pero destinarles dos años de trabajo, de ningún modo
En la rueda de prensa se ha palpado la relación de absoluta complicidad entre David Cronenberg y Viggo Mortensen, que trabajan juntos por cuarta vez tras Una historia de violencia (2005), Promesas del este (2007) y Un método peligroso (2011). Y eso que su primer encuentro no fue afortunado. “Tras quedar con Mortensen para proponerle que protagonizara Una historia de violencia, hablé con mi agente y le dije, “creo que a Viggo no le he gustado yo, ni tampoco el guion. Pero resulta que ya había aceptado el papel”, explica Cronenberg. “Soy su fiel esclavo”, confiesa Mortensen entre risas. “La verdad es que siempre he apreciado su sentido del humor, y ahora mismo somos tan amigos que no hace falta que hablemos demasiado durante un rodaje para entendernos”.
El cineasta canadiense también ha admitido la lectura política no explícita que conlleva Crimes of the future. “La escribí hace veinte años, pero la cuestión que plantea, a quién pertenece tu cuerpo, está totalmente vigente. Como se afirma en la película, creo literalmente que el cuerpo humano es la Realidad. Y hace tiempo que podías intuir cómo se repite esa tendencia de algunos gobiernos a controlar los cuerpos de las personas, que es una forma de dominar también su cerebro o su libertad de expresión”. Respecto a la posible derogación del derecho al aborto en Estados Unidos, el director ha soltado, contundente, “en Canadá creemos que los estadounidenses se han vuelto completamente locos, y no solo por la cuestión del aborto. Vivimos tiempos muy extraños”.
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En el arranque de Crimes of the future, un joven personaje engulle con fruición la papelera del baño, ante la mirada horrorizada de su madre que tomará medidas radicales al respecto.
Cuando escribí el guion tampoco nadie hablaba de cómo los microplásticos invaden el medio ambiente y están cada vez más presentes en nuestro organismo. Yo planteo la idea contraria desde una perspectiva satírica. ¿Por qué no abrazamos el plástico, lo disfrutamos y nos lo comemos? De hecho, llegué a hablar con un científico que abría la posibilidad a generar plástico comestible para reducir el hambre en el mundo
Kristen Stewart debuta a las órdenes del director con uno de sus papeles más extraños y originales, el de una funcionaria de registro vocal peculiar que siente fascinación por el trabajo artístico con los órganos humanos que ejercen la pareja de protagonistas encarnados por Mortensen y Léa Seydoux.
“La primera película que vi de David fue Crash. No entendí nada, claro. Era demasiado joven para pillarla. Pero no estoy de acuerdo con lo que comenta la gente sobre su cine. Para mí las películas de David no resultan difíciles de ver, no me generan ningún tipo de repulsión. Al revés, reflejan ese deseo visceral inextricable al hecho de estar vivos. Es verdad que durante el rodaje a veces te planteas ¿qué coño estamos haciendo?. Pero luego se entiende perfectamente”.
Trabajar con Cronenberg es también un reto porque rueda dos tomas como máximo de cada escena, así que no pierdes el tiempo. Y tiene esta capacidad para afrontar con humor las temáticas más sombrías o bizarras
Sobre sus planes a corto plazo, David Cronenberg concluyó “espero cometer unos cuantos crímenes cinematográficos más en el futuro”. Así sea.
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