‘Honeymoon’: El viaje hacia lo inesperado
12 años han pasado desde que Enrique Otero dirigiera su ópera prima, ‘Crebinsky’. Presentada en la 26ª edición del Festival de Málaga, llega a salas comerciales ‘Honeymoon‘. Una propuesta radicalmente diferente, con la que el cineasta juega con diferentes géneros y parece inspirarse en el cine de Carlos Vermut y los hermanos Coen. Javier Gutiérrez y Nathalie Poza se convierten en un matrimonio en crisis que termina dándose una inesperada segunda oportunidad tras una desgracia familiar.
El film llama la atención con su puesta en escena, en la que todo apunta que será un drama con tintes de realidad social, en la línea del cine de Fernando Franco. Un matrimonio que está a punto de divorciarse sufrirá una terrible tragedia cuando su único hijo, que estaba pasando una temporada en Estados Unidos, fallece en el país norteamericano. El alto coste por recuperar el cadáver provocará que ambos deban unirse para poder enterrar a su vástago y llorarle.
La premisa daba a entender que se estaba ante un drama potente, en el que se realizará algún tipo de crítica social a la precaria situación de sus protagonistas. Y sí, existe, especialmente en lo referente al trato que padece Carlos, el padre de familia que interpreta Javier Gutiérrez. Pero Otero plantea un auténtico juego con varios platillos en movimiento, siendo su trama un auténtico juego de malabares. Lo que apuntaba a ser un drama social termina derivando en un potente thriller con ciertas dosis de humor negro.
La irrupción de un vendedor de series infantiles de los años 80 provocará un giro en la trama en la que el matrimonio parece sacado de ‘Fargo‘ o ‘Quemar después de leer‘. Aunque se está muy presente el poder repatriar el cuerpo de su hijo, esta premisa terminará siendo casi un MacGuffin, dado que la cinta deriva en una extraña road movie en la que se da pie a un tipo de comedia negra con la que Javier Gutiérrez y Nathalie Poza se mueven como peces en el agua. Es precisamente ese cambio de tono lo que provoca que ‘Honeymoon’ sea una película que consigue mantener la intriga en el público, que no sabe exactamente a qué se va a enfrentar.
Extraña mezcla de géneros
Precisamente, esa manera de jugar con el público provoca que la cinta gane enteros. La incógnita de hacia dónde va a ir su trama atrae, ayudada por las interpretaciones de sus protagonistas. En una entrevista para eCartelera, Gutiérrez declaró que conocía a Poza desde hace más de 30 años y ambos son amigos. Ese vínculo sabe plasmarse y llevarse al terreno de la actuación al retratar a un matrimonio que mucho tiempo que está al borde del precipicio emocional. De la misma forma, se ve cómo se van reconstruyendo los puentes entre Eva y Carlos, cómo la pareja termina uniéndose de forma inesperada.
Mención también para los personajes de reparto. Otero, quien firma el guion junto con Roberto G. Méndez, configura personajes que saben aparecer cuando son esenciales. Ocurre en el caso de Fernando Albizu, quien termina generando toda la trama; pero también sucede con los papeles de María Vázquez, Pablo Derqui o Antonio Durán ‘Morris’. Mención también para Silvia Xirui, quien encarna a la pequeña Sayaka, cuya pétrea actitud dice mucho de lo que se oculta tras su personaje, el que acerca justo esta propuesta al cine de Vermut.
Con giros inesperados y unas interpretaciones entregadas, ‘Honeymoon’ intenta ser una propuesta que busca salirse de lo que se espera del cine independiente español. Consigue mantener la intriga del sino de sus personajes hasta el final, lo que eleva el resultado final. Una propuesta cuya mezcla de géneros se antoja atrevida, algo que debe tenerse en cuenta, aunque el resultado no sea tan redondo como pudiera esperarse.
7
Lo mejor: La sensación de no saber qué va a pasar. Las interpretaciones de Javier Gutiérrez y Nathalie Poza.
Lo peor: Los últimos giros son demasiado excesivos.
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