Vamos al grano. ‘El lobo de Wall Street‘ es una de las mejores películas de la carrera de Martin Scorsese. Pero es que, además, no podía ser otra cosa. Todos los temas, personajes, acciones y decisiones morales que tiene esta historia están en el ADN del discurso más reconocible (y satisfactorio) de un director que derrocha genialidad como si se le cayera de los bolsillos.

Tres horas de cine en vena que llegan a los ojos de un espectador al que no se le cede el más mínimo respiro, entregando así una sobredosis de escenas memorables, rings de boxeo donde los diálogos llevan a cabo su pelea particular y un ritmo cien por cien trepidante. Y todo redondeado por la interpretación más impresionante de la carrera de Leonardo DiCaprio.

Una montaña rusa imparable que fascina con la misma potencia en cada nuevo visionado y que ha alcanzado los diez años con la misma energía arrolladora que desprendía en su estreno. Un clásico instantáneo, una fuerza de la naturaleza cinematográfica y un monumento, otro, en las respectivas carreras de un cineasta y un actor absolutamente legendarios.

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