La representación LGBTQ+ en televisión ha enfrentado un camino complejo y lleno de aprendizaje. Por un lado están los creadores de historias, que deben ser respetuosos con el público y, al mismo tiempo, contar relatos siempre interesantes. Y por otro está la audiencia, que quiere verse en pantalla de una manera honesta, sin clichés, y con temáticas atractivas que vayan más allá de todo lo que ya se sabe. Lograr una comunión entre ambos aspectos es complicado, y por ello, ver un producto que lo cumple es digno de reconocer. Hacerle justicia a la diversidad sexual y de género es algo complejo, pero varias historias han demostrado que se puede hacer, y con resultados tremendamente exitosos. A continuación, te presentamos aquellas series LGBT que, gracias a sus personajes e importantes tramas, se han convertido en un referente.

Queer As Folk (1999 – 2000)

La historia sigue a Stuart, Vince y Nathan, tres amigos de Manchester que, a pesar de sus diferencias, encuentran en la homosexualidad algo que los conecta. Desde su perspectiva, cada uno demuestra cómo es vivir en un mundo que, superficialmente, parece aceptarlos, pero en el fondo no termina de entenderlos.

Para muchos, el primer contacto con una historia LGBT+ en la pantalla. Desde sus primeros capítulos quedó claro que se trataba de una producción honesta y completamente abierta a la hora de tocar la vida, tanto emocional como sexual, de sus protagonistas. Se convirtió en un referente por la química de sus protagonistas, sus escenas sexuales, y por no ser sólo una glorificación de los estereotipos de la década. Stuart, Vince y Nathan se divertían (y mucho), pero también sufrían, tenían conflictos y, sin importar su edad, seguían buscando su lugar en el mundo. Otro punto a favor fue su sentido del humor, por momentos muy ácido, pero necesario para liberar a toda una comunidad.

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Ángeles en América (2003)

Este proyecto se compone de dos historias principales. La primera nos sitúa cuando Prior le confiesa a su pareja, Lou, que tiene SIDA, y éste lo abandona. Mientras la enfermedad acaba con Prior, Lou se siente culpable. Por otro lado, Roy hace que Joe trabaje en el Departamento de Justicia. Ambos ocultan su orientación ante la sociedad, convencidos de que su futuro podría hundirse si dicen la verdad.

Basada en la obra teatral homónima de Tony Kushner (coguionista de Los Fabelman), esta producción fue muy celebrada por abordar temas que van desde la identidad, hasta la discriminación y los efectos del SIDA en una población que poco o nada sabía al respecto. Sus personajes, con historias atractivas y conmovedoras, son un gran reflejo de las luchas del pasado, tanto en la sociedad como en lo interno. Ganó gran atención no sólo por su historia, sino también por un reparto con nombres como Al Pacino, Meryl Streep, Patrick ilson, Emma Thompson y Jeffrey Wright, entre otros. Que fuera un éxito en audiencia y premios sólo contribuyó a que su mensaje se expandiera en numerosos países.

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The L Word (2004 – 2009)

Cuando Jenny, aspirante a escritora, se muda a Los Ángeles, inicia una amistad con un grupo de lesbianas que le enseñan un mundo hasta entonces desconocido para ella. Aunque vive con su novio, Jenny pronto descubre que ese nuevo mundo le resulta más atractivo de lo que jamás imaginó.

Esta serie es recordada y querida por ser una de las primeras en tocar, tan abiertamente, la vida de mujeres lesbianas. Lo hizo totalmente lejos de los estereotipos, y abrazando todas las diferencias existen de una persona a otra, incluso cuando comparten su orientación. Jenny sirve como una mirada nueva de aceptación, entendimiento, e incluso de descubrirse a uno mismo. Fue la libertad de sus protagonistas, en todo sentido, lo que le ganó tantos fans dentro y fuera de Estados Unidos. Quizá hoy veamos contenidos mucho más abiertos, pero en su momento, ver a este grupo de mujeres fue la liberación que más de uno necesitaba.

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Modern Family (2009 – 2020)

Aunque son grandes padres, Claire y Phil no tienen idea de cómo educar a sus hijos. Por otro lado, Jay está casado con Gloria, una colombiana intensa a la que le lleva varios años. También están Mitchell y Cameron, quienes recién adoptaron una niña y ahora tienen una familia homoparental. Día a día, las tres parejas deben enfrentar las pruebas de la vida, y no perder la cabeza en el intento.

Desde que llegó a las pantallas de Estados Unidos, Modern Family sorprendió al mostrar un matrimonio gay en horario estelar. No se trataba de dos jóvenes, ni de dos personajes con un físico estereotipado, sino de actores más “reales” y comprometidos con su labor. La serie nunca se enfocó en su sexualidad como algo que definiera a Mitchell y Cameron, los mostró como una de las parejas principales, y los hizo vivir todo tipo de pruebas, tal como con las otras parejas. Su amor, el adoptar a una niña y su sentido del humor hizo que se volvieran uno de las familias favoritas en la televisión. Es difícil atribuirle a esta serie todo el avance respecto a la visibilidad de las familias diversas en televisión, pero tampoco se puede negar que marcó un antes y un después.

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Eastsiders (2012 – 2019)

Después de separarse debido a una infidelidad, Cal y Thom deciden darle un giro a su relación y hacer una variante en sus encuentros sexuales: incluir a una tercera persona. Lo que en un principio aparenta ser el cumplimiento de una simple fantasía, se convierte en una práctica recurrente que, para sorpresa de los dos, resulta unirlos más emocionalmente.

Aunque su producción y nombres involucrados palidecen en comparación con otros proyectos aquí mencionados, Eastsiders ha ganado un lugar especial en muchos espectadores. Sus personajes, especialmente los protagonistas, están llenos de matices y complejidades. Se equivocan, hacen berrinches, toman las peores decisiones y muestran que también en la adultez hay espacio para la duda. Discriminación, problemas emocionales, la aceptación, y todo tipo de identidades hacen su paso por esta serie, todo como un reflejo de lo que compone a la diversidad. Fue una producción independiente que, gracias a la participación de personas LGBT+ tras las cámaras, dio una voz auténtica a sus temas.

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Orange Is The New Black (2013 – 2019)

Piper, que ha conseguido una vida estable en todo sentido, es detenida por un crimen de hace años que cometió en favor de su ex novia. Tras un juicio, es enviada a la prisión de mujeres, donde no tardará en hacer amigas, pero también peligrosas rivales. Estando tras las rejas, Piper descubrirá que las cosas tampoco son muy diferentes estando “en libertad”.

Gracias a que no se queda en un solo tipo de diversidad, esta producción ganó un tremendo reconocimiento y éxito. Desde su llegada a la cárcel, Piper descubre un tremendo universo donde habitan todas las expresiones, y también todos los pasados. Con sus experiencias, las reclusas demuestran ser algo más que simples personajes de relleno. Cada una tiene asuntos por resolver, desde la aceptación hasta el trauma y, por supuesto, el amor. Gracias a la convivencia de sus personajes, se permite un retrato de todo tipo de anécdotas, y ahí radica gran parte del éxito que tuvo Orange Is The New Black. No se casó con una forma de diversidad, sino con personajes en constante evolución, en busca de su identidad, y que sirvieron para visibilizar lo que muchos tras la pantalla no conocían.

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Looking (2014 – 2016)

Esta producción de HBO gira en torno a tres amigos cercanos que, usando San Francisco como escenario, deciden buscar el amor entre una gran variedad de opciones. Aunque cada uno podría considerarse un buen partido, son sus ideas, experiencias y personalidades lo que complica /o facilita encontrar esa historia que los lleve a la felicidad.

Si algo se le agradece a Looking, es la facilidad con que manejó personajes alejados de los estereotipos. Cada uno es diferente por su lucha personal, sus necesidades, y el lugar que ocupan socialmente. Sus relaciones son exploradas con respeto; claro que hay lugar para la sexualidad, pero también para entender qué quieren de sí mismos, e incluso los retos que enfrentan en un siglo XXI que se las da de tener una mente abierta. Los personajes parten en busca de un amor de pareja, pero a lo largo de sus capítulos también vemos la importancia del amor propio, y de lo incondicionales que pueden ser los amigos correctos.

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Grace and Frankie (2015 – 2022)

Grace, una retirada magnate de los cosméticos, y Frankie, una hippie que trabaja como profesora de arte, descubren que sus esposos, Robert y Sol, llevan 20 años involucrados en una relación amorosa. Tras semejante noticia, ambas se convierten en amigas inseparables y buscan la forma de avanzar a la nueva etapa de sus vidas.

Gracias a sus protagonistas, y a los personajes que las rodean, esta es una de esas series que enseñan la verdadera diversidad. Grace y Frankie son un ejemplo de que romper con ideas preestablecidas es posible, pero también son muestra del apoyo familiar y la aceptación hacia otras orientaciones. Robert y Sol, por su parte, desafían estereotipos al demostrar que el deseo, el descubrimiento y la vida en pareja no se limita a una edad, todo con un mensaje sumamente poderoso. Su gran acierto es que, sin dejar de lado los temas serios, es una producción hilarante. La química de sus estrellas es encantadora, y hace vivir tanto momentos de risa loca, como emotivas escenas de amistad, amor, y felicidad.

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Sense8 (2015 – 2018)

Un disparo, y la consecuente muerte provocada por éste, provocan que las vidas y mentes de ocho personas en distintas partes del mundo terminen conectadas. Con sus secretos en riesgo, y sus existencias en peligro, los destinos de todos se convierten en un auténtico caos del que no sabe cómo salir.

Esta serie, creada por las famosas hermanas Wachowski, sobresalió por sus poderosas escenas sexuales, que no escatimaron en ambición o número de personajes. Sin embargo, más allá de eso se esconde una trama interesante, que nos presenta a personajes LGBT+ no definidos únicamente por sus preferencias, sino por sus conflictos individuales y la forma en que están desarrollados. Hay una sana representación de las parejas del mismo sexo, e incluso una profundización en lo que vive el colectivo LGBT+ al lidiar con la aceptación, tanto personal, como social. Sin caer en la victimización o un drama innecesario, esta serie muestra una enorme diversidad de todo tipo, y promueve la libertad como pocas.

¿Dónde ver? Netflix.

Gentleman Jack (2019 – 2022)

Ann Lister regresa, en 1832, a Shibdell Hill, su mansión familiar. Lo hace luego de estar en varios países europeos y terminar su relación con la mujer que amaba. Mientras intenta poner en marcha los negocios de sus tierras, también conoce a Ann Walker, una heredera de quien se enamora, y con quien comienza una relación prohibida ante los ojos de todos.

Este relato de época se inspira en la vida real de Anne Lister, terrateniente inglesa a la que se le considera una de las primeras mujeres lesbianas de gran influencia. Sus diarios, que detallan sus sentimientos y la complejidad de su vida tras volver a casa, son una muestra inequívoca de cómo los constructos sociales, en aquellos tiempos, hicieron de su vida algo terrible. Aunado a ello, hay una gran ambientación, un apartado técnico convincente, y una dirección que sumerge en la atmósfera de la época. Es una gran serie no sólo por hablar de la comunidad lésbica, sino por construir personajes sólidos, una historia interesante, y aportar datos muy interesantes a una conversación cada vez más amplia.

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Euphoria (2019 – )

Ambientada en el complejo mundo de unos adolescentes estudiantes, Euphoria sigue a todo tipo de jóvenes, desde los que terminan en el mundo de las drogas y la violencia, hasta los que ven en el sexo una salida para filtrar lo que los atormenta. Sin embargo, hay algo que comparten: la intención de luchar contra sus monstruos para, con suerte, construirse un mejor futuro.

Euphoria se ha convertido en uno de los mayores éxitos en cuando a series de televisión recientes se refiere. La historia creada por Sam Levinson ha logrado cautivar a millones de jóvenes (y no tan jóvenes) alrededor del mundo, pues toca temas de forma incisiva y no tiene reparos en mostrar las crudas consecuencias de cualquier exceso. Sí, sexo, drogas y alcohol se han tocado hasta el cansancio, pero aquí hay algo diferente: realismo. En ocasiones un poco más del necesario. Por otro lado, la estética de la serie también es muy atractiva, se nota un esfuerzo por proponer algo distintivo y jugar con la fotografía, los encuadres y los recursos técnicos disponibles. Euphoria es una muestra de lo mucho que ha avanzado la televisión a la hora de representar jóvenes.

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Veneno (2020)

En su infancia, Valeria nunca entendió por qué se referían a ella como un niño. Lo mismo le ocurría a Cristina, a quien llamaban “Joselito”, en la España de los 60, donde la realidad para la población trans era violenta. Aunque nacieron en épocas diferentes, ambas terminan por unir sus vidas cuando Valeria quiere escribir de “La Veneno”, el personaje en que se convirtió Cristina para expresarse de forma divertida, quizá vulgar, pero, sobre todo, libre.

Cristina Ortíz, mejor conocida como La Veneno, fue uno de los íconos LGBT más importantes de España. Su vida y muerte, como suele suceder con este tipo de leyendas, fue todo un enigma. Pero es gracias a esta desgarradora serie que podemos conocer un poco más de su pasado, la lucha por alcanzar sus sueños, las muchas dificultades que enfrentó y la visión con la que logró ganarse el respeto de las personas que en algún momento la rechazaron. Para sus directores, Javier Ambrossi y Javier Calvo, “Los Javis”, fue un parteaguas, pues mezclaron un relato poderoso tanto visual como narrativamente. Sí, por momentos es dura de ver, pero en otros es una auténtica gozadera.

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Heartstopper (2022 – )

Charlie y Nick se conocen cuando, en un día de clases, les toca sentarse juntos. El primero es inteligente y abiertamente gay, pero no muy popular y hasta introvertido. Nick, por su parte, es encantador y está en el equipo de rugby. Poco a poco empieza una amistad entre ambos, pero cuando Nick se enamora de su compañero, cree que no hay espacio para algo así.

En los últimos años, Heartstopper se ha convertido en un fenómeno dentro del colectivo LGBT+. La serie se basa en las novelas gráficas de Alice Oseman y nos presenta, a diferencia de muchas otras series del conteo, un romance juvenil completamente rosa y cursi hasta los huesos. Tan lindo que a más de uno le ha despertado las ganas de vivir algo así. Más allá de las sólidas actuaciones de su elenco, es destacable porque incluye adolescentes que sí lucen de la edad que deben lucir, representación gay, bisexual, trans, y un mensaje inspirador para las nuevas generaciones. Como muestra, el revuelo que causó en redes sociales con su primera temporada. Es cierto que su segunda temporada no estuvo a la par, pero ambas sirven como un remanso de paz.

¿Dónde ver? Netflix.

Fellow Travelers (2023)

Hawkins Fuller es especialista en finanzas y trabaja en el mundo de la política. Una de sus máximas es mantener separadas su vida profesional y personal. Pero cuando conoce al joven Tim Laughlin, deja a un lado sus creencias para iniciar una relación sentimental con él. El comienzo de su noviazgo coincide con el acuerdo de Joseph McCarthy y Roy Cohn para declarar la guerra a «los subversivos y desviados sexuales», uno de los periodos políticos más complicados vividos el siglo pasado en Estados Unidos

Ver un proyecto de época no sólo se agradece por la calidad puesta en él, sino también por ese repaso que hace de la historia que no muchos conocemos. La serie no sólo funciona como un gran drama, sino que, además, hace un gran análisis de la política en décadas pasadas, y cómo sólo favoreció a unos cuantos. De igual manera, habla sobre la incesante lucha contra el SIDA, de la búsqueda del amor en tiempos donde estaba prohibido, y de cómo las apariencias pueden marcar una vida. También tiene una gran carga sexual, que refleja cuán reprimidos estaban los miembros de la comunidad LGBT+ en aquellos tiempos. Un muy intenso viaje al pasado, donde el amor, la pasión y la política tejen el destino de todos.

¿Dónde ver? Paramount Plus.

Tengo que morir todas las noches (2024)

Esta producción, orgullosamente mexicana, sigue a Guillermo, un joven ansioso por explorar el mundo y vivir libremente cuando llega a estudiar periodismo en el otrora Distrito Federal, donde estará junto a su hermano. Su vida cambia cuando descubre un emblemático bar que sirve como un espacio de libertad, amistad y escape para todo tipo de personalidades. Ahí conocerá a sus figuras de inspiración, amigos, y también lo que las mentes cerradas pueden provocar. Pero, sobre todo, se conocerá a sí mismo.

Sin duda, una producción que pinta para pasar a la historia, y quizá la mejor representación televisiva que se ha hecho de personajes LGBT+ en la televisión del país. Bajo la dirección de Ernesto Contreras y Alejandro Zuno, este proyecto nos lleva a conocer cómo se luchó en la década de los 80 para alcanzar respeto, visibilidad y esperanza en medio de la lucha contra el SIDA. El 9, el bar donde se desarrolla gran parte de la historia, es un punto de encuentro para todo tipo de mentes, ideas, cuerpos y expresiones de uno mismo. Inspirada en la novela homónima escrita por Guillermo Osorno, la serie hace un homenaje a quienes lucharon para que nuevas generaciones pudieran correr, y el resultado no podía ser mejor. Es emotiva, dolorosa e inspiradora. Es la representación que la comunidad en México necesitaba.

¿Dónde ver? Prime Video.

Contenido original de Cine PREMIERE