Si algo ha caracterizado al cine francés, es la perfecta mezcla que suele hacer entre drama y comedia. Para nadie es un secreto que este tipo de historias no sólo cumplen su misión de entretener y sacar risas, sino que también hacen pensar gracias a lo inteligente de sus guiones. Tomando como base esos elementos, y también ciertos aspectos del whodunit, el aclamado cineasta francés François Ozon (Joven y bella, Verano del 85) presenta Mi crimen, película donde nada es lo que parece, y más de un discurso actual se hace presente.

Madeleine es una joven y guapa actriz, sin dinero y sin mucho talento, que vive en el París de los años 30. Para su desgracia, es acusada de asesinar a un famoso productor. Con la ayuda de su mejor amiga Pauline, una joven abogada desempleada, resulta absuelta por asesinato en legítima defensa. Aparentemente, la espera una nueva vida llena de éxito y fama, pero lo que de verdad sucedió está a punto de salir a la luz. Y nadie lo espera.

Aunque Mi crimen se basa vagamente en una obra de teatro de los años 30, vale la pena mencionar que su trama y personajes se sienten completamente vigentes en 2023. Nadia Tereszkiewicz (Madeleine) y Rebecca Marder (Pauline) son, sin duda alguna, los elementos más fuertes de la cinta. Juntas logran un poderoso dúo que va del drama a la farsa, y de la farsa a la manipulación en pocos segundos. La química entre ambas es fantástica y provoca que seguir su juego de mentiras sea toda una delicia.

En ese sentido, también vale la pena destacar la participación de la nominada al Óscar, Isabelle Huppert. Jugando con la comedia (y ligeramente con la sobreactuación) como pocas veces, Huppert da un giro a la trama y hace que el humor negro esté cada vez más presente.

Si quieren disfrutar de esta cinta, la mejor recomendación es no tomársela tan en serio. Aunque la sinopsis y los primeros minutos puedan asemejar a los de un drama, Mi crimen poco a poco se abalanza sobre la comedia y el humor. Todo esto con situaciones agridulces. Además, cuenta con una serie de discursos en torno al feminismo, la cosificación de la mujer, la sororidad, e incluso el clasismo. Si bien, son temas sociales de gran importancia, el guion (también de Ozon) los aborda con inteligencia y ciertos toques retorcidos que generan risas inesperadas y los hacen accesibles.

Curiosamente, también existe la sensación de que el guion se siente más inteligente de lo que es. Y eso puede alejar a muchos espectadores. Si desde los primeros minutos no se entra en la convención de la película, el tono de ésta se puede convertir en algo molesto. Gracias a su temática y ubicación espacio – temporal, Mi crimen apuesta por el vodevil en toda su expresión. Por momentos, el diseño de producción, los emplazamientos de cámara y hasta el vestuario hacen pensar que se está viendo una obra de teatro filmada. Algunas transiciones, especialmente una en los últimos minutos de la cinta, hacen que el aspecto visual tenga gran identidad.

Es cierto que el guion de la cinta puede ser denso en algunos momentos. Y también que el ritmo decae una vez que se presenta el giro más importante en la trama. Sin embargo, Ozon demuestra su capacidad para subvertir las expectativas iniciales de los espectadores, y eso siempre se agradece. Gracias a un dúo protagónico sobresaliente, su espectacular diseño de producción, y un guion con más aciertos que errores, Mi crimen es la película ideal para los amantes del humor negro y los whudonits retorcidos.

Juan José Cruz Soy de los que siempre defendió a Robert Pattinson como Batman y puede ver la misma película en el cine hasta 7 veces. ¿Mi gusto culposo? El cine de terror de bajo presupuesto.