El genial Denis Villeneuve ya había conseguido colar su anterior trabajo, ‘Incendies‘, en la Liga de Grandes Thrillers de las últimas décadas, pero, por si había alguna duda o alguien no se había enterado, lo recalcó con ‘Prisioneros‘, una película que nace de las entrañas y vuelve allí una vez devorada.

Ritmo intenso, factura impecable, trama disfrazada de laberinto perturbador y un reparto sobresaliente en el que Hugh Jackman entregaba una de esas interpretaciones destinadas a permanecer en la memoria colectiva. En ese sentido, mención especial también para un maravilloso Jake Gyllenhaal, un terrorífico Paul Dano y la siempre agradecida presencia del tridente mágico formado por Viola Davis, Melissa Leo y Maria Bello.

Rabia, desolación, furia, locura y emoción. Una película excelsa que no ha dejado de crecer con el paso del tiempo hasta convertirse, con toda justicia, en un clásico contemporáneo del género. La enésima demostración de talento de un cineasta y de un conjunto de intérpretes en permanente estado de gracia a lo largo de cerca de 160 minutos de puro y gran cine.

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