Octubre es el mes de Halloween y la época perfecta para los amantes del cine de terror. Lo repetimos cada año, pero es así. Si eres fanático del género, seguramente te frotes las manos al llegar el otoño, ya que tienes la excusa perfecta para pasarte semanas viendo asesinos en serie, fantasmas y todo tipo de escenas violentas sin sentirte culpable por ello. Una de esas películas que no puede faltar en un maratón así es Expediente Warren (2013).
La cinta de James Wan es un imprescindible del género y nunca es mal momento para volver a ella. Está disponible en HBO Max para todos sus suscriptores. Lo que comenzó como una película sobre la pareja de parapsicólogos Ed y Lorraine Warren ha terminado convertida en una franquicia. Expediente Warren tiene tres entregas, además de los ‘spin-offs’ que confirman Annabelle -también con sus diferentes volúmenes-, La llorona y La monja. Con sus más y sus menos, conforman una saga bastante sólida.
Expediente Warren cuenta con el consenso de la crítica, que la definen como una pieza bien labrada, con sustos inteligentes y una atmósfera que atrapa. La primera entrega de la saga llega a ser espeluznante en algunos momentos y más de un crítico pegó un salto en su asiento ante los sucesos paranormales que acechan a la familia Perron. Puede que el director James Wan recurra a más de un cliché del género, pero sabe cómo hacerlo.
14 años esperando a que alguien viera ‘Expediente Warren’ con buenos ojos
La cinta tuvo una gran acogida. Sus numerosas secuelas son el mejor ejemplo, las cuales fueron posibles gracias a los 319 millones de dólares que recaudó la historia de los Warren. Para un presupuesto de 20 millones de dólares es una cifra de lo más agradable y lo curioso de todo esto es que nadie confiaba en ella. El productor Tony DeRosa-Grund tardó 14 años en dar con alguien que estuviera interesado en la película.
Después de que Ed reprodujera una cinta sobre el caso de la familia Perron en Rhode Island, DeRosa-Grund escribió un ‘tratamiento’ -una primera idea de lo que va a ser la película-. Según recogió Deadline en 2013, el productor tardó demasiado tiempo en conseguir que su idea fuese bien recibida. Entre que diseñó el planteamiento y la película vio la luz pasaron cerca de dos décadas.
Finalmente se asoció con el productor Peter Safran, que incorporó a los guionistas Chad y Carey Hayes. Llegaron a las oficinas de Summit, pero el proyecto se estancó. Después pasó a New Line y ahí ya fue donde James Wan se puso al mando y ficharon a Vera Farmiga, Patrick Wilson, Lili Taylor y Ron Livingston. El resto es historia.
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