Hay ocasiones en que, al ver una película o serie, se hace evidente que un actor nació para interpretar su personaje. A veces no sólo basta con el parecido físico, también importan la actitud, el porte, e incluso la forma de transmitir sus emociones. En el cine de superhéroes hay algunos casos destacados, como Iron Man en manos de Robert Downey Jr., el Deadpool interpretado por Ryan Reynolds y, por supuesto, Wolverine, encarnado por un querido Hugh Jackman. Actualmente resulta imposible no pensar en el nominado al Óscar como el mutante con garras, pero hubo un momento en que otro actor interpretaría el papel. A continuación, conoce la historia de uno de los mejores castings en las últimas décadas.

¿Qué actor iba a interpretar a Wolverine antes de Hugh Jackman?

Corrían los últimos años de la década de los 90, y 20th Century Fox —en colaboración con Marvel Studios — comenzó el desarrollo de la primera película inspirada en X-Men. A diferencia de los comics, donde otros personajes suelen tener mayor protagonismo, aquí James Howlett / Logan / Wolverine resultó sumamente beneficiado. Encontrar al actor indicado para interpretarlo se presentó como un desafío, pues muchos tenían a su candidato.

Chris Claremont, escritor de comics, señaló a Bob Hoskins (¿Quién engañó a Roger Rabbit?) como el actor indicado para ser Wolverine. Si lo comparamos con Hugh Jackman, la diferencia es notoria, pero Hoskins es más parecido al mutante diseñado en las páginas: un hombre más bajo de estatura, e incluso robusto. De hecho, en los cómics el personaje tiene un complejo por estas características físicas.

Pronto el papel fue a dar a manos de Dougray Scott. Bryan Singer (director de la cinta) y Tom Rothman (el líder de 20th Century Fox en aquellos tiempos) llegaron a la conclusión de que el actor tenía lo necesario para interpretar al personaje. Todo estaba listo para, por fin, arrancar con las filmaciones, pero nunca consideraron un pequeño gran obstáculo: Scott tenía compromiso con la ya mencionada secuela de Misión: imposible 2, donde su rol era de gran importancia.

“Tom Rothman, el director de Fox, dijo que iba a ser Dougray Scott, así que lo elegimos mientras hacía Misión: Imposible II y seguíamos recibiendo llamadas de Tom Cruise diciendo: ‘Solo lo necesitamos un poco más’. Cuando estábamos a punto de filmar la película, no habíamos visto a Wolverine ni le habíamos preparado el traje, así que enviamos a la vestuarista Louise Mingenbach a Australia para que se lo hiciera. Resultó que había tenido un accidente de motocicleta mientras filmaba Misión: Imposible II, y había bajado a unas 150 libras (68 kilos). Simplemente no iba a funcionar», dijo David Hayter, guionista de X-Men, a Inverse.

En 2020, Scott ofreció una entrevista donde abordó el tema. Más allá de señalar el accidente de motocicleta, responsabilizó a Tom Cruise como la persona que no lo dejó hacer ambos proyectos. Los rodajes sólo se iban a cruzar por unos cuantos días, pero ni siquiera eso fue suficiente para que el actor y productor le diera su aprobación. Fue entonces que dejó ir la oportunidad de su vida, y vio cómo otro actor se hizo con el personaje que le pudo dar la fama mundial. Misión: Imposible II fue un éxito, sí, pero su trabajo no alcanzó una gran proyección.

“Eso estuvo fuera de mi control. Tom Cruise no me dejó hacerlo. Estábamos haciendo Misión imposible y me dijo: ´Tienes que quedarte y terminar la película´. Le dije que lo haría, pero que también iría a hacer lo otro. Por alguna razón dijo que no podía. Era un tipo muy poderoso. Otras personas estaban haciendo lo posible para que funcionara. Me encanta lo que hizo Hugh (Jackman) con Wolverine. Es un tipo encantador”, dijo Scott a The Telegraph hace algunos años.

¿Cómo eligieron a Hugh Jackman como Wolverine?

Fue entonces que comenzó una nueva búsqueda, y entre los candidatos apareció un australiano con genuinas ganas de participar en el proyecto: Hugh Jackman. A primera vista, no era tan diferente de Dougray Scott, pero estaba más lejos de lo que Wolverine representaba para los fanáticos de los comics. La producción ya estaba dolida por la pérdida de uno de sus protagonistas, por lo que recibir a Jackman —quien estaba totalmente entusiasmado —no fue algo sencillo. Una de las lecturas se dio en el tráiler del guionista, donde también estaba Bryan Singer, pero ninguno le prestaba la atención necesaria.

“Sólo me decían: ‘Silencio… Más tranquilo… Más tranquilo’. Al final, ni siquiera podía oírme a mí mismo», dijo Jackman a Entertainment Weekly. “Me di cuenta de que estaba como: ‘¿Por qué a la hora del almuerzo estoy audicionando a un chico para un papel que ya elegí?’ Estaba enojado”.

Hugh había volado hasta Toronto, Canadá, para hacer la audición, y fue durante ese proceso que se encontró con un joven Kevin Feige. Actualmente estamos hablando del presidente de Marvel Studios, pero en aquellos tiempos era el asistente de un productor. No tenía injerencia en las decisiones más importantes, pero vio en Jackman algo que nadie más. Quizá el actor era más alto y fornido que su contraparte en los cómics, pero era capaz de reflejar esa actitud de lucha y compañerismo que el guion necesitaba. Irónicamente, Hugh Jackman ya había sido rechazado como Wolverine.

“Hubo una pelea para conseguir a nuestro Wolverine. Lauren Shuler Donner (la jefa de Feige en esos tiempos) estaba muy entusiasmada con este chico australiano, que había sido rechazado inicialmente. En mi memoria, una de las razones principales era su altura. Era demasiado alto. A Wolverine, en los comics, lo llamaban por apodos porque era un tipo bajito. Pero estaban desesperados”, recuerda Feige.

Sí o sí, la producción debía iniciar el rodaje en la fecha pactada. Retrasarlo todo para buscar a otro actor —uno que el estudio sí quisiera— constituía un incremento en el presupuesto. La apuesta ya era lo suficientemente compleja como para añadirle un problema más. Entonces se decidió darle una última oportunidad a Jackman, quien ya se había mentalizado sobre no interpretar a Wolverine.

Para comunicarle la buena noticia, Kevin Feige se hizo cargo de Hugh Jackman. Este creía que el ahora ejecutivo lo llevaría de vuelta al aeropuerto, pero en realidad lo llevó a comer junto con el guionista de X-Men. Con los tres reunidos, se abrieron nuevas puertas.

“Le dije: ‘Kevin, todos sabemos que no conseguiré el papel’. No tienes que preparar esta cena’”, recuerda Jackman. “Pero no, se sentó allí, cenó un bistec conmigo y luego me llevó al aeropuerto. Nunca lo olvidaré. Eso fue lo más lindo. Pensé que nunca lo volvería a ver”.

Evidentemente, las cosas no fueron así. Hugh Jackman volvió una última vez con el equipo detrás de X-Men para una última prueba. Esa reunión definiría si se quedaba con el papel o no. Ya sabían lo que actoralmente podía ofrecer, pero no todo estaba claro. Hugh les parecía el tipo más amable del universo, era alto y guapo, pero no veían al mutante en él. O al menos no físicamente, pues el corazón de Wolverine sí conectaba. En esencia, sólo le faltaba un aspecto fundamental: la crueldad. ¿Cómo fue que, finalmente, se decidieron por Jackman como su estrella?

“(La productora) Lauren Shuler Donner dijo: ‘Traigamos de vuelta a Hugh Jackman’. Así que lo hizo volar, y realizaron sesiones de entrenamiento con él para llevarlo realmente a esa especie de dureza como la que tiene Clint Eastwood. Luego entró e hizo su audición, y hubo un momento en el que se volteó hacia la cámara y parecía el joven Clint Eastwood. Ese fue el momento”, señaló David Hayter.

Al año siguiente, el público se quedó maravillado con la aparición de Hugh Jackman. Fanáticos de los cómics, e incluso no lectores, se enamoraron de su equilibrada interpretación. Consiguió la rudeza necesaria para las secuencias de acción, y también ese encanto para destacar dentro de un grupo malentendido por la sociedad. La altura terminó por resolverse fácilmente, ya que Hugh nunca tuvo zapatos puestos cuando no lo requería, y sus compañeros se colocaban sobre plataformas, o incluso cajas. Pequeños trucos eliminaron lo que en un principio parecía el reto más grande.

Desde el rodaje, esta versión de Wolverine le calló la boca a muchos. El director, sus guionistas, y la gente detrás de cámaras no tenían dudas de que se había tomado la mejor elección, así que sólo quedaba una persona por convencer: Chris Claremont. El escritor de cómics primero se mostró muy purista con cómo debía lucir el personaje, pero, ¿qué opinó tras ver a un actor completamente diferente a lo que propuso alguna vez?

“Se resumió, dentro de la pantalla, en la primera película de X-Men. Anna Paquin mira a Hugh Jackman y le pregunta: ‘¿Duele?’. Luego él toma este maravilloso ritmo de cinco o diez segundos y dice: ‘Siempre’. Recuerdo saltar en el estreno y decir ‘¡Sí!’ a todo pulmón. No sólo porque era mi línea de los cómics, sino que también le da un total sentido al personaje”, reveló (vía).

A más de 25 años, muchos coinciden en que no se pudo tomar mejor decisión respecto al universo X-Men. Una decena de películas han mostrado a Hugh Jackman como un hombre contrariado, vengativo, víctima, e incluso como una improbable figura paterna. Y convencer en cada una de esas facetas es algo que pocos actores pueden hacer. Quizá no era el actor que se buscaba, pero vaya que se convirtió en un ícono para la audiencia. Gracias… ¿Tom Cruise?

Juan José Cruz. Soy de los que siempre defendió a Robert Pattinson como Batman y puede ver la misma película en el cine hasta 7 veces. ¿Mi gusto culposo? El cine de terror de bajo presupuesto.

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