Yu-Gi-Oh!: ¡Es hora del duelo!
En la antigüedad, los soberanos egipcios desplegaban su dominio a través de un juego de un gran y temible poder. Estos enfrentamientos desataron una guerra que amenazaba con destruir a todo el mundo, hasta que un valiente faraón apresó aquella magia en siete artículos milenarios. Cinco mil años después, el joven Yugi Muto descifra el secreto del Rompecabezas del Milenio que sellaba el espíritu del faraón Atem. Trabajando juntos y con confianza en el corazón de las cartas, ellos deberán detener a quienes amenazan con revivir los “Juegos de las Sombras”.
Contrario a lo que podrían imaginar si sólo están familiarizados con la franquicia por el popular anime del 2000 o las cartas coleccionables de Konami, cuando Kazuki Takahashi dio vida a Yu-Gi-Oh! en 1996 lo hizo a través de un manga sombrío con raíces en el género del horror. No obstante, la transición de aquella historia a otros medios tuvo un tropiezo mayor con una pobre adaptación anime de Toei Animation en 1998. De hecho, dicha serie nunca se distribuyó fuera de Japón.
Entonces, el estudio Gallop fue comisionado para realizar un segundo intento en formato animado con este universo. Aunque la trama original del manga mostraba una gran variedad de juegos, se decidió que el nuevo anime giraría exclusivamente alrededor de “Magia y Hechiceros” (rebautizado aquí como “Duelo de Monstruos”), un juego de cartas que era introducido hasta el arco del Reino de los Duelistas en el capítulo 60 del impreso. Y el resto, como dicen, es historia.
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A pesar de la enorme censura de la compañía 4Kids Entertainment —que recortó y modificó un sinfín de elementos narrativos, visuales y hasta sonoros del anime en un intento por hacerlo ‘apto’ para un público infantil—, Yu-Gi-Oh! Duel Monsters se convirtió en un objeto de culto instantáneo entre las audiencias de los Estados Unidos y Latinoamérica a principios del nuevo milenio.
Aquellos 224 episodios protagonizados por Yugi, Joey, Téa, Tristán y su archirrival Seto Kaiba entre 2000 y 2004, no solo dieron lugar al desarrollo de tres películas, múltiples spin-offs, novelizaciones y decenas de videojuegos, sino que fueron el vehículo perfecto para promocionar la posibilidad de revivir la magia de sus combates emblemáticos en el mundo real. Desde 2009, el juego de cartas coleccionables de Konami inspirado por Duelo de Monstruos ostenta el récord Guinness como el más vendido en todo el mundo.
Amén de la emoción por batirte en duelos con tus amigos durante los recesos en el patio escolar o en eventos oficiales de corte internacional, haciendo gala de tus estrategias e implementando tus cartas favoritas como el Mago Oscuro, el Dragón Blanco de Ojos Azules o Exodia, el Prohibido, el mayor legado de Yu-Gi-Oh! fue el habernos recordado el potencial oculto que yacía en todos nosotros.
Y es que al menos en la versión del anime con la cual crecimos en occidente, Yugi Moto era un joven con un corazón noble, pero algo tímido y de apariencia frágil. Sin embargo, él también podía convertirse un héroe. La presencia del faraón como su alter ego nos inspiraba a convertirnos algún día en esa versión más valiente, madura y segura de nosotros mismos.
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Una versión de este artículo se publicó originalmente en Cine PREMIERE No. 306, en marzo de 2020.
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