Bailarina – Crítica de la película

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La franquicia de John Wick ya encontró la fuente del éxito. Los espectadores van a ver las cintas por las peleas desenfrenadas, imparables y alocadas, pero siempre ejecutadas con rigor y precisión, como si quien produjera estas cintas les dijera a los realizadores en turno: “Dirígela como si tu vida dependiera de ello”. Fiel a dicha regla no escrita, llega Bailarina, película spin-off de esta saga de acción donde la exageración es el ingrediente principal.
Sin embargo, aquí, Len Wiseman, el director, hace algo que no se había visto en estas entregas: enfatizar la transformación del entorno del personaje central. Wiseman podrá estar luchando por su vida armando escenas más grandes que la pantalla misma, pero al mismo tiempo malabarea para no descuidar la importancia de las personas que rodean a la estelar.

Situada entre John Wick 3 y 4, la película Bailarina nos presenta a Eve Macarro (Ana de Armas), quien de pequeña perdió a su padre, miembro de la mafia Ruska Roma, durante un ataque a manos del equipo del Canciller (Gabriel Byrne), otro mafioso, debido a una supuesta traición. Así, mientras crece, Eve comenzará a entrenar en la academia de la Directora (Anjelica Huston), con el objetivo de vengarse de quienes le arrebataron la vida a la persona que más amaba.
Así de simple. Esta es una cinta sobre venganza. Y cualquiera que lea esto podría decir: “¿Qué no todas las entregas principales de la saga son en esencia la crónica de una venganza? ¿Por qué enfocarse en ese aspecto una vez más?”. ¡Ah! Ese es, pues, el giro más ambicioso del conjunto.

Ahora, no importa tanto en el acto. Sí, la protagonista afectada cumple su objetivo y se enfrenta a quien la dañó desde el principio, pero el guion de Shay Hatten –autor regular de la franquicia– voltea el tropo para hacer que nos fijemos más en las consecuencias que tiene tal travesía vengativa en las personas que están involucradas en ella.
De ahí que, mientras vemos a Ana de Armas danzar y llevar a cabo coreografías imposibles, a la par, la mitología meticulosa y loca sigue creciendo. De un lado del planeta, Eve lucha con un grupo de mafiosos con lujo de violencia –quizá la más gráfica y cruda de todas las entregas–, mientras que, del otro lado, todo un pueblo, incluidos los habitantes más pequeños, se prepara para darle batalla a Macarro, quien eventualmente llegará a causar destrozos buscando hacer pagar a aquellos que la hicieron sufrir.

Cuando Eve en efecto llega buscando al Canciller y sus lacayos, la intención de los involucrados en la producción queda al descubierto. El viaje de la joven es un acompañamiento para una especie de homenaje a un estilo fílmico que, sorpresivamente, no se ha quedado sin creatividad. Es increíble cómo lo que inicia como una sólida historia de origen gradualmente se convierte en un espectáculo de acrobacias cuyo objetivo es elevar este universo a un estatus mítico. La escala es apabullante.

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