El último viaje: un documental sobre toda una filosofía de vida
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El Dr. Federico Rebolledo lo tiene muy claro: cuando llegue el momento hay que “hacer los perdones, preparar la maleta” y estar listos para partir rumbo a ese último viaje. De lo que se trata -dice el famoso tanatólogo mexicano- “es de empoderarse de nuestra propia muerte”. Con frialdad, pero también con cierta alegría que a la postre resulta ominosa, el Dr. Federico Rebolledo explica a cuadro, en el extraordinario documental El último viaje (México, 2024), su filosofía respecto a lo que él llama una “revolución sobre la muerte”.
En resumen, Federico encuentra inútil y doloroso mantener la vida cuando la enfermedad nos tiene postrados en cama, con dolor perpetuo, con medicinas que más que mantenernos en vida, nos retrasan la muerte. El doctor aboga por el derecho a la muerte digna asistida: “La muerte no es el contrario a la vida, es un fenómeno consustancial”, y de manera enfática afirma: “No se trata de morir, sino de terminar la vida en nuestros propios términos”.
“Morir”, sentencia el doctor, “es un acto de vida”.
El documental El último viaje, ópera prima de Rodolfo Santa María Troncoso, nos recibe con una escena impactante: el doctor Rebolledo asistiendo a una paciente con dolor crónico. El galeno le inyecta algo mientras le dice al paciente que todo estará bien, que el dolor se detendrá, “finalmente vas a poder dormir”. La cámara no titubea y muestra el hecho sin atisbo de morbo pero con una contundencia que roza la frialdad.
Es la personalidad cálida y alegre del doctor Rebolledo la que otorga luz al documental El último viaje que, al menos en su primera mitad, resulta extrañamente gozoso. En una secuencia memorable, el doctor le explica a su esposa toda su filosofía de vida (¿de muerte?) donde además le confiesa que su plan de vida es llegar a los 75 y hasta ahí. “No quiero llegar a ser un bulto”, le explica mientras que la mujer lo ve con ojos de pasmo e incredulidad.
El documental da un giro inesperado, cuando rumbo a la segunda mitad vemos que ahora, el propio Dr. Rebolledo, sufre una enfermedad que lo va a postrar en cama, que lo someterá a tratamientos y medicinas. Sus planes respecto a la partida se han adelantado, ¿será el Dr. tan congruente con su filosofía ahora que está del otro lado del cuarto de hospital?
Resulta apabullante la forma tan íntima en que la cámara del director Rodolfo Santa María narra esta historia, metiéndose literal hasta el último aposento de algunos de los enfermos, haciéndonos testigos de las pláticas más incómodas que se pueden tener en vida (¿cómo morir?, ¿cuándo morir?, ¿qué pasará cuando la enfermedad evolucione?, ¿prefiero seguir vivo?), pero siempre haciendo homenaje a este hombre, el Dr. Rebolledo, que habla de la muerte con una sonrisa en el rostro.
Este carácter íntimo del documental El último viaje no es fortuito, en charla con el director Rodolfo Santa María, confiesa que el doctor Rebolledo es su suegro. “Es difícil. Por un lado creo que el documental es una cuestión de conexión humana, es lo que trato de lograr con el personaje, pero también está el factor profesional, cuando estoy tras la cámara pienso en la cinta, en cómo atrapar al público pero siempre respetando a los personajes”, comenta el cineasta.
“Con quien más hablé fue con el doctor y su esposa, yo era muy insistente en explicarles lo que iba a pasar. No hubo reticencias excepto de uno de sus hijos, lo cual trazó límites que tuve que respetar”. Incluso al terminar la película, el cineasta proyectó la película a la familia esperando tener su aprobación, ofreciendo recortar aquello que no les pareciera adecuado. “Yo estaba dispuesto incluso a matar el proyecto si era necesario, afortunadamente les gustó, lo vieron como un homenaje al Dr. Federico”.
El documental apenas ha tenido dos proyecciones al público: el FIC Monterrey es el primer festival donde se presenta. La audiencia ha respondido muy bien y Rodolfo no puede ocultar lo conmovido que se siente al ver su película, en una sala de cine, con público real.
“Mi objetivo primordial era atrapar al espectador con esta historia, pero hoy que la vi junto con el público me di cuenta que el tema es muy fuerte, ahora no sé si la gente quiera conocer esta historia”, confiesa, emocionado, Rodolfo.
Pero a juzgar por las preguntas del público y los aplausos finales, Rodolfo no debería de preocuparse. El documental El último viaje detona una larga reflexión sobre la muerte, la vida, y el derecho a -como dice el Dr. Rebolledo- empoderarnos de nuestra propia muerte. Es, sin duda, de los mejores títulos que hemos podido ver en esta edición del FIC Monterrey.
El último viaje aún carece de distribuidora, pero se podrá ver próximamente en el marco de DOCSMX 2024.
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