Expresionismo alemán: Qué es, características y ejemplos
El arte y las emociones son dos elementos que, indiscutiblemente, van de la mano. Pero la complejidad de las emociones humanas hace que no todo sea tan positivo o lleno de luz como se espera. Los seres humanos somos una interesante mezcla de blanco y negro que en numerosas ocasiones se deja llevar por lo que siente. Eso ha dado pie a formas de expresión en la que los artistas materializan sus vivencias de formas que no siempre son entendidas por todos, no siempre cumplen con ciertos estándares estéticos y tampoco plasman la realidad que muchos consideran única. De la negatividad, la duda, y las ganas de expresar el polémico interior humano llegó el expresionismo alemán. Y su aparición cambió la historia del cine. Aquí te contamos más sobre ésta corriente cinematográfica.
¿Qué es el expresionismo alemán?
Se trata de un movimiento artístico surgido en la Alemania de principios del siglo XX. A diferencia de otros que enaltecían la belleza estética y los trazos con un significado positivo, el expresionismo alemán se caracterizó por su enfoque más oscuro y enfocado, por decirlo de alguna manera, al pesimismo. Por ello, era común que las películas de esta vanguardia estuvieran llenas de atmósferas negativas, con diversos simbolismos y decorados que conducían a la desesperación, cierta ansiedad e incluso locura. En el cine, el expresionismo alemán se encargaba, en esencia, de mostrar un estado de ánimo complicado en sus personajes, no precisamente la realidad.
¿Por qué surge el expresionismo alemán?
Antes de llegar al cine, el expresionismo destacó en artes plásticas como la pintura, los grabados y la arquitectura. Se considera que, muchos años antes de surgir oficialmente, artistas como Goya o Van Gogh realizaron obras perfectamente alineadas con el expresionismo. Pero a Alemania no llegó hasta inicios del siglo XX, y por medio de otras tendencias.
Un grupo de pintores alemanes dieron origen a una corriente conocida como Die Brücke (o “El puente”); ésta se desarrolló entre 1905 y 1913, y se caracterizó por una constante alteración en la forma de figuras u objetos. Se utilizaba el color para deformar algunos escenarios, y esto daba una impresión de incertidumbre, inestabilidad y un ánimo apagado. Era una nueva forma de entender no sólo el arte, sino también las emociones de la vida. Algunos de sus máximos representantes fueron: Ernst Ludwig Kirchner. Erich Heckel, Karl Schmidt-Rottluff y Fritz Bleyl.
Después, en 1911, surgió El jinete azul, nombre de una pintura, pero también de un grupo de artistas que, a diferencia de El puente, realizó trazos más estilizados para mostrar su interior. Su arte era más refinado y cuidadoso, con formas que invitaban a la reflexión de las emociones, pero en una forma más amigable. La mezcla de éstas dos escuelas dio origen al expresionismo, que retaría a la realidad y se convertiría en una corriente con muchas interpretaciones.
Al mismo tiempo que se libraba la Primera Guerra Mundial, Alemania le dio la bienvenida al expresionismo. Durante los años posteriores a la Guerra y el Pacto de Versalles, la nación experimentó un sentimiento negativo. Había desencanto, fracaso, crisis económicas y sociales, pero también cierto aislamiento cultural, que incluyó la prohibición de películas extranjeras. Pero el público alemán extrañaba el cine, y así surgió la necesidad de producir películas dentro del país. Las producciones expresionistas fueron una respuesta a los estragos de los años previos y, al mismo tiempo, un escape de la tremenda realidad en las calles. Una vez más, la vida retroalimentó al arte.
La tensión en varios países era evidente y, por ello, ésta vanguardia se enfocaba en lo subjetivo. Mientras que el naturalismo de la época buscaba la representación realista de las cosas, el expresionismo miraba hacia adentro, hacia lo que cada quien sentía y era difícil expresar con unas cuantas palabras. En términos generales, se considera que el expresionismo comprendió, para la pintura y arquitectura, desde 1905 (con la aparición de El puente) hasta 1920. El cine, por su parte, lo explotó entre 1919 y los primeros años de la década de los 30, cuando llegó a su fin con el ascenso de los nazis al poder.
¿Qué caracteriza el expresionismo alemán?
Temas sombríos
Las películas de esta corriente tienen una marcada división en actos. Además, presentan mundos irreales en cuanto a mitología se refiere. La mayoría de sus personajes suelen ser “malos”, o por lo menos, tienen sentimientos más oscuros que en otras películas de la época. Los temas fueron variados, surgieron los primeros thrillers, relatos ambientados en el pasado, e incluso algunos vistazos a lo que, en ese momento, se consideraba como el futuro.
Un tema común era el rechazo a la autoridad y la aparición de la crítica social. Estos temas buscaban explorar las variopintas emociones de la mente humana, haciendo énfasis en aquellas que no necesariamente eran bien vistas. Éstas se reflejaban no sólo en el guion, sino también por medio de atmósferas, escenarios y personajes exacerbados, ya sea en su aspecto o acciones.
Representaciones surrealistas y oníricas
El diseño de producción del expresionismo alemán es fácilmente identificable. La pintura de la época era conocida por sus formas geométricas completamente llevadas al extremo, y esto se trasladó de igual manera al cine. Los escenarios solían estar deformados, ser grandes y resultar agresivos. Sobresalían los picos, lo extraño, ciertos decorados que remontaban al teatro y lo onírico. Básicamente, estar en los escenarios de la pantalla no resultaba atractivo por lo grotescos que resultaban.
El juego de luces y sombras
El expresionismo exaltaba las sombras y los juegos que se podían hacer con éstas. El uso de las luces era ideal para resaltar las emociones de los personajes y, comúnmente, se usaban como un presagio de momentos peligrosos o acontecimientos trágicos. No era común que existieran muchos movimientos de cámara, pero los ángulos eran inquietantes. Los espectadores presenciaban auténticos mundos de pesadilla y movimientos que buscaban representar las emociones más profundas de los cineastas.
Interpretaciones teatrales
Un aspecto importante de la época era el trabajo de los actores. Sus interpretaciones estaban llenas de misterio, había un constante cambio en el carácter, y esto se acompañaba de vestuarios que replicaban la estética del diseño de producción. Las manos y los hombros solían ser puntiagudos, excesivos y extrañamente estilizados. También se presta especial atención al maquillaje, a los detalles de ojos y boca, las ventanas de esas emociones reprimidas. Los sueños e ideas más profundos cobraban vida con actuaciones que rayaban en lo teatral.
Sus películas y directores más destacados
A lo largo del tiempo que duró ésta vanguardia cinematográfica, los nombres más sonados en Alemania y, posteriormente, en todo el mundo, fueron los de Fritz Lang, Wilhelm Murnau, Josef von Sternberg, Ernst Lubitsch y Robert Wiene. Su entendimiento de las emociones, y el manejo que hicieron de lo “raro” los convirtió en íconos e inspiración de muchos cineastas hasta nuestros días.
En cuanto a películas se refiere, podemos señalar tres casos peculiares que, un siglo después, siguen siendo tan valiosas como cuando se estrenaron:
El gabinete del Dr. Caligari (Dir. Robert Wiene, 1920)
En un pequeño pueblo de la frontera holandesa, llega un misterioso hipnotizador, el Dr. Caligari, acompañado por el sonámbulo Cesare, dormido desde hace 23 años. De noche, Cesare deambula por la ciudad, al mismo tiempo que lanza mortales predicciones que terminan por cumplirse.
El misterio que aborda durante sus escasos 75 minutos de duración permite entender claramente las características del expresionismo alemán que aún podemos notar en numerosas obras contemporáneas. Además de contar con una estética lúgubre y escenarios que a simple vista resultan agresivos, la película destacó por sus temáticas, el manejo de la salud mental y sus toques de terror. Por si eso fuera poco, pasó a la historia gracias a su gran giro final. Si bien, es uno muy recurrido en la actualidad, hace más de un siglo dejó con la boca abierta a todos.
Nosferatu (Dir.Wilhelm Murnau, 1922)
En esta adaptación libre (y no autorizada) de Drácula, un corredor de bienes raíces tiene la misión de vender el castillo del conde Orlock. El problema es que este es un vampiro cuyo reinado de terror amenaza los alrededores y, además, se interesa en la mujer del corredor.
La cinta se convirtió en todo un clásico no sólo por la explotación de los recursos ya vistos, sino por la complejidad de su realización. Murnau decidió filmar ciertas escenas de la cinta en locaciones reales, por lo que su técnica aumentó. En vez de recurrir a los decorados, gran parte de ese efecto “incómodo” digno del expresionismo se logró por medio de iluminación y un gran uso de la cámara. Además, presentó a un monstruo enamorado, lo cual se convirtió en algo polémico.
Metrópolis (Dir. Fritz Lang, 1927)
La cinta narra lo que sucede en una ciudad homónima dividida en dos: están los trabajadores pobres bajo la explotación de las máquinas, y del otro lado, los ricos que se benefician gracias a los trabajadores. En medio de las desigualdades, una historia de amor surge para complicarlo todo.
Con esta obra maestra de la ciencia ficción, Lang demostró que el expresionismo se podía llevar más allá del terror y el suspenso con resultados sorprendentes. Aun así, jugó con la oscuridad del ser humano, la represión y las diferencias sociales. La construcción de la ciudad que da título a la cinta fue todo un reto, pero cumplió al crear una sensación de asombro pocas veces igualada. De igual manera, crear a María, el robot que lo cambia todo en la película, requirió de efectos visuales nunca antes trabajados. A pesar de todo esto, Metrópolis nunca dejó de lado su contenido social, ese que la convirtió en una obra imbatible.
Otras películas destacadas del expresionismo alemán
- El gólem (Dirs. Paul Wegener y Karl Boese, 1920)
- Las tres luces (Dir. Fritz Lang, 1921)
- Los nibelungos (Dir. Fritz Lang, 1924)
- El estudiante de Praga (Dir. Henrik Galeen, 1926)
- Fausto (Dir. F.W. Murnau, 1926)
- Amanecer (Dir. F.W. Murnau, 1927)
- Cuatro de infantería (Dir. Georg Wilhelm Pabst, 1930)
¿Qué legado dejó al cine de la actualidad?
Puede que el expresionismo no haya durado muchos años como otras vanguardias, pero tuvo una influencia que se mantiene viva y es fácilmente identificable. El ascenso del Tercer Reich en Alemania provocó que muchos cineastas y artistas migraran a Estados Unidos. Así, cinestas, directores fotografía, escenógrafos y artistas de vestuario alemanes llegaron a América.
Poco a poco, el cine hollywoodense se fue nutriendo de las enseñanzas surgidas al otro lado del mundo y se dio una fusión impactante. Las clásicas películas de terror producidas por Universal Studios en los años 30 son consideradas como “herederas” del movimiento surgido en Alemania. Drácula (1931), con Bela Lugosi en el rol del vampiro, es un gran ejemplo de ello.
Asimismo, incontables directores y proyectos tienen en su ADN en la corriente surgida en la Alemania del siglo pasado. Clásicos como Ciudadano Kane (el manejo de los claroscuros); Psicosis (sus icónicas sombras) y Blade Runner (el trágico futurismo) son otros ejemplos notables en géneros disimiles.
Pensemos ahora, por ejemplo, en el cine de Tim Burton. El realizador de películas como El joven manos de tijera, Beetlejuice, Alicia en el país de las maravillas, Frankenweenie y Sombras tenebrosas, entre otras cintas, es bien conocido por su apartado visual, donde es común encontrar sombras, figuras alargadas, emociones oscuras y escenografías que no dejan de sentirse como algo que está en la mente.
Otros directores contemporáneos cuya filmografía bebe innegablemente de las bases del movimiento son Yorgos Lanthimos y Guillermo del Toro. A pesar de los impactantes colores, Pobres criaturas (2023) posee un diseño de producción que coquetea con esa representación onírica que caracterizó el cine alemán de hace un siglo. En tanto, el mexicano ha mencionado en diversas ocasiones la inspiración en el expresionismo para diversas producciones, como El callejón de las almas perdidas (vía).
Al final del día, los artistas de Alemania lograron hacerse escuchar no sólo en su país, sino a lo largo de todo el mundo. Un siglo después de su auge, el expresionismo sigue marcando la labor de numerosos cineastas. Directores que, como los alemanes, quieren mostrar las emociones de sus personajes de la forma más retorcida y sorprendente posible.
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