Godzilla Menos Uno: ¿Cómo lograron sus impresionantes efectos visuales por menos de $15 MDD?

Godzilla Menos Uno: ¿Cómo lograron sus impresionantes efectos visuales por menos de $15 MDD?

El rey de los kaijū hizo historia en la 96ª edición de los Premios de la Academia. Godzilla Menos Uno (Godzilla Minus One) no sólo se convirtió en la primera película japonesa en ser nominada y ganar un Óscar por Mejores efectos visuales, sino que también es la primera película en conseguir tal distinción en los 70 años de historia de la franquicia, incluyendo a las versiones estadounidenses.

Lo que hace todo aún más impresionante es que el largometraje costó apenas una fracción respecto al resto de las epopeyas hollywoodenses nominadas este año en la categoría: Misión imposible: Sentencia mortal (que costó $291 mdd), Guardianes de la Galaxia Vol. 3 ($250 mdd), Napoleón ($130-$200 mdd) y Resistencia ($80 mdd). De hecho, el propio director Takashi Yamazaki confirmó que el presupuesto de Godzilla Minus One rondó entre los $10 y $15 millones de dólares.

“Creo que Godzilla, como franquicia, es increíble, y la nominación habla mucho de lo que Godzilla Minus One está haciendo por las películas japonesas y el cine japonés en general”, dijo Yamazaki en entrevista con la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de EE.UU. “Esta fue una producción nacional muy pequeña. Incluso hicimos los efectos visuales con un equipo mínimo y todos hicieron lo mejor que pudieron”.

Entonces, ¿cómo lograron este impresionante resultado los responsables de Godzilla Minus One?

Takashi Yamazaki: El secreto mejor guardado de Japón

Ambientada después de la Segunda Guerra Mundial, Godzilla Minus One encuentra a una sociedad japonesa que apenas se levanta de los escombros, cuando debe enfrentar una nueva crisis en la figura del titán atómico, en la que quizá sea su encarnación más terrorífica hasta la fecha. Cuando el gobierno se niega a intervenir, son los ciudadanos, incluido un arrepentido piloto kamikaze de nombre Kōichi Shikishima, quienes deben unirse para detener esta amenaza.

Inspirado por clásicos como Star Wars (1977) o Encuentros cercanos del tercer tipo (1977), el director Takashi Yamazaki se inició en el mundo de los efectos visuales en 1984, mucho antes de debutar como director con la aventura de ciencia ficción Jubunairu (2000). Continúo puliendo sus talentos y forjándose un nombre en la industria local con obras como Always: Sunset on Third Street (2005) y The Eternal Zero (2013), ambas ganadoras de múltiples premios de la Academia Cinematográfica de Japón.

Asimismo, el nativo de Matsumoto tampoco era precisamente ajeno a los proyectos vinculados con Godzilla. Después de rendir homenaje al personaje con un épico cameo en Always: Sunset on Third Street 2 (2008), a Yamazaki se le encargó la dirección de video de la atracción Godzilla: The Ride para el parque de diversiones Seibu-en. Y posteriormente, trabajó en el departamento de efectos especiales de Shin Godzilla (2016), la aclamada película codirigida por Hideaki Anno y Shinji Higuchi.

Toda esa experiencia de casi cuatro décadas rindió frutos cuando la productora Toho decidió confiarle Godzilla Minus One, proyecto que conmemoraría además el 70° aniversario de la franquicia.

“El que yo fuera el director, guionista y supervisor de efectos visuales nos ayudo bastante”, añadió el cineasta quincuagenario a AMPAS. “Eso significaba que había muchas ideas eficientes dentro de mi cabeza, como saber las tomas y cómo se verían exactamente en pantalla. Así que en cada etapa de la producción, sabíamos que nos estábamos acercando cada vez más al producto que queríamos”.

La vieja escuela conoce el cine digital

Yamazaki lideró un equipo compuesto por apenas 35 artistas en la compañía Shirogumi —más conocida por su labor en animación—, incluidos los también nominados Kiyoko Shibuya (directora de efectos visuales), Masaki Takahashi (director de 3DCG) y Tatsuji Nojima (artista a cargo de la composición de las tomas). Para crear las 610 tomas de efectos visuales de Godzilla Minus One se dividieron las tareas en función de lo que era realista conseguir. Sin embargo, eso significó que los artistas tuvieron que trabajar de por sí en tres veces más tomas de lo habitual durante un período de ocho meses.

“Dados nuestros recursos limitados, sabíamos que teníamos que maximizar lo que podíamos hacer para poner la mejor interpretación posible de Godzilla en pantalla”, relató el director sobre el proceso creativo. “Desde una perspectiva de efectos visuales, hubo cierto grado de inventario de lo que el equipo era capaz de hacer. Dicho esto, nunca dejo que eso me distraiga de escribir una buena historia, que es el componente fundamental para hacer una buena película. Una vez que tenemos una buena historia, pensamos en qué efectos visuales podemos hacer para resaltar esa historia”.

Regularmente el proceso de efectos visuales requiere de múltiples aprobaciones dentro de la jerarquía de una producción. En este caso, el proceso se simplificó de sobremanera ya que al servir como supervisor de VFX, Yamazaki tenía comunicación directa con los artistas. Al mismo tiempo, todo su equipo fue colocado en un mismo piso de oficia, lo que maximizó los tiempos y las pruebas de ensayo y error.

Para conseguir todas las tomas de efectos visuales de Godzilla Minus One se combinaron las técnicas tradicionales con una pericia artística única para crear impactantes imágenes por computadora. Estas secuencias se rodaron en un plato único —un estacionamiento plagado de pantallas verdes—, donde la acción cobró vida gracias a movimientos de cámara puntuales, las magistrales actuaciones del reparto y un uso ingenioso de los props disponibles. Por ejemplo, se uso el mismo set de embarcación para todos los buques de guerra que vemos, y estos sólo se modificaban o extendían con VFX. Todavía más sorprendente es saber que el distrito Ginza de 1940 se recreó completamente de manera digital.

godzilla minus one efectos

Un Dios entre mortales

Cuando Godzilla aparece por primera vez en pantalla, vemos una versión más cercana a un dinosaurio. En este caso, los ejemplos de sus predecesores a lo largo de la franquicia les ofrecieron muy buen material de primera mano para consultar. El objetivo con ello era establecer cómo era la criatura antes de las detonaciones radiactivas y los efectos de los desechos nucleares, a fin de que la audiencia entendiera cómo es que evolucionó hasta su forma final a causa de las acciones de la humanidad.

La segunda versión, en contraste, emula en cierta forma el traje de goma de la era Showa, pero con colores y una textura más realistas. Este complejo patrón de detalle requirió una increíble cantidad de polígonos: 200 millones para la cabeza y otros 100 millones para el pecho, solo por citar dos ejemplos. Debido a la gran cantidad de datos que debían calcular los ordenadores, tuvieron que implementar varias técnicas para iluminar algunos de los polígonos y asegurarse que el personaje fuera renderizable.

No obstante, el equipo era consiente de que lo más importante, aquello que hace que Godzilla sea Godzilla, es la magnitud. Para mostrar cuán aterrador puede ser se debía poner énfasis primero en los entornos que lo rodean y en cómo reaccionan estos a lo que el personaje esté haciendo en ese espacio. Así consiguieron mostrar la “naturaleza casi divida” de este ícono del séptimo arte.

“Con la tecnología actual, podemos hacer mucho, incluso con un equipo muy humilde como el nuestro. El nivel de detalle y resolución que invertimos en los alrededores de Godzilla y cómo lo afecta (ya sea destruyendo la ciudad o causando olas en el agua) realmente demuestra cómo Godzilla puede existir en nuestra realidad y cuáles serían las ramificaciones”, concluye Yamazaki. “Podríamos acercar al público mucho más a Godzilla y, al mismo tiempo, también colocar a los actores en el mismo cuadro con esta enorme e imponente criatura. A través de la tecnología, pudimos mostrar la naturaleza casi divina de Godzilla”.

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Como dato curioso, ésta es apenas la segunda vez que un cineasta obtiene reconocimiento de la Academia por los efectos visuales de su película. En 1969, nada y menos menos que Stanley Kubrick ganó su único Óscar como parte del equipo de VFX de la mítica 2001: Odisea en el espacio. “Me hace sentir muy, muy humilde. No lo podía creer”, dijo Yamazaki a Deadline. “Tuve que ir a casa y buscarlo yo mismo. Es simplemente muy, muy surrealista”.

Consulta la lista completa de ganadores de los Premios Óscar 2024 en el siguiente ENLACE.

Contenido original de Cine PREMIERE

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