Se ha hablado mucho de actores ‘vetados’ o ‘censurados’ por la industria de Hollywood. A menudo lo relacionamos con gente problemática, pero resulta que Keanu Reeves fue uno de ellos. El actor, que ahora triunfa como héroe en John Wick, entre sus muchos papeles, sufrió una “cárcel cinematográfica” -como él mismo lo llama- durante diez años. ¿La razón? Decir que no a Speed 2, una secuela que no tenía ninguna gana de hacer.

Después del éxito de Speed, 20th Century Fox quiso realizar una secuela, solo que en lugar de centrarse en un autobús que no podía bajar la velocidad, iba a trasladar la historia a un barco. Reeves, que andaba metido en otros proyectos y no tenía muchas ganas de seguir haciendo cine de acción, no lo vio con buenos ojos y prefirió rechazar la oferta. La compañía no volvió a ofrecerle ningún trabajo hasta 10 años después.

“No volví a trabajar con Fox hasta Ultimátum a la Tierra (2008)”, desveló Reeves en una entrevista con GQ. Puede que el estudio no quisiera contar con él, pero Reeves no estuvo sentado esperando. En esa década estrenó títulos tan dispares como Premonición, Noviembre dulce, las secuelas Matrix Reloaded y Matrix Revolutions, La casa del lago y Constantine. Una racha que no está nada mal para un actor ‘vetado’. Y conociendo su carácter tranquilo, es posible que incluso agradeciera que no le llamaran.

‘Speed 2’, una segunda parte muy olvidable

No parece que Reeves se arrepienta mucho por haber dicho que no a Speed 2 y tampoco podemos culparle. La película no fue bien recibida y, desde luego, se quedó muy lejos del nivel de la primera, tanto en popularidad como en entretenimiento, calidad cinematográfica y por supuesto, frescura. A pesar de haber sido tachado de las listas de casting por los ejecutivos de Fox, seguramente el actor no tuviese ningún interés en tener ese título en su filmografía.

Tiempo después, en una entrevista con TotalFilm, Keanu Reeves reconoció que lo que le había dicho decir que no a la oferta había sido el guion. En ese momento estaba rodando Reacción en cadena y estaba pasando un “momento muy duro con la historia. Solo saltaba y corría sin razón”. Cuando le llegó el libreto de Speed 2 se encontraba en una época en la que quería huir de este tipo de papeles. Le dijo a Jan de Bont, el director, “¿Me vas a pedir que me sumerja en el agua? Porque no sé si voy a salir. Y, ya sabes, los barcos no son tan rápidos”.

Keanu Reeves es el mejor ejemplo de cómo salir victorioso de una “cárcel cinematográfica” y, además, salir reforzado.

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