¿Quién dice que la maternidad es un camino sin altibajos? Está claro que ser madre no es una decisión fácil de tomar o que prevalezca en el tiempo sin que alguna duda o inseguridad aparezca durante el viaje.

La representación de la madre en el cine ha ido cambiando, pero es cierto que se está produciendo un auge en el cine español de directores y directoras que apuestan por abrir una ventana hacia «nuevas formas» de concebir la maternidad, tantas como madres y mujeres existen. Se habla de las nuevas madres y de otras representaciones de la maternidad, pero hay algo que se mantiene inerte: la idea preconcebida de que una mujer con hijos/as tan sólo es, y será, una madre.

‘La llegada del hijo‘ nos presenta a una madre (interpretada por Maricel Álvarez) que se reencuentra con su hijo (interpretado por Angelo Mutti Spinetta), después de estar cuatro años en la cárcel y que aún arrastra el dolor del pasado. Esta cinta nos plantea algo que pocas veces se ha visto: el límite entre el amor incondicional hacia un hijo y la conciencia moral.

Cargado de simbolismo

La tensión constante que siente la madre en ‘La llegada del hijo‘ está muy lograda gracias a la mirada subjetiva que nos presentan las directoras Valeria Pivato y Cecilia Atán. Nos metemos de lleno en la piel de Sofía (la madre de Alan) desde el primer plano de la cinta de ella trayendo a la vida a quien sería su hijo o a través de su voz en off narrando parte del relato que es, a su vez, su historia.

La carga simbólica en esta película está presente de principio a fin, llenando de imágenes recurrentes que sirven de apoyo a las emociones de los personajes. Lo vemos en ese puzzle incompleto que representa los huecos en el vínculo materno-filial o en la presencia del agua jugando un papel importante en las escenas más sensuales y emotivas de los personajes.

También destaca una impecable dirección de fotografía de Sergio Armstrong que da sentido a los claroscuros de la historia. Bajo un conjunto de escenas tenues a lo largo de la cinta que contrastan con los escasos, y contados, planos que arrojan algo de luz.

Una oda a la libertad individual (de una madre)

Son muchas las veces que se cuestiona a una madre por rehacer su vida, por seguir adelante, pero ¿qué hay de la figura paterna? Ninguno de los personajes de ‘La llegada del hijo’ se pregunta o echa en falta al padre. Como espectadora también cuesta darse cuenta de su ausencia.

Es cierto que la cinta cuenta con un reparto pequeño, pero no necesita más. Un ejemplo de ello es el caso del personaje de Ángeles (interpretada por Greta Fernández). Su actuación como profesora de natación es clave en la historia a pesar de su aparición escueta. Este juega el papel de ser ese «objeto» de deseo de la madre y aquello que la desvincula, en cierto modo, de ser sólo una madre.

En ‘La llegada del hijo’ se nos plantean varias reflexiones sin una única respuesta sobre los deseos, las dudas o los límites entre el amor incondicional y lo complejo que es perdonar lo imperdonable. Esta aporta una mirada más sobre la maternidad y cuestiona con total elegancia y naturalidad el significado de ser madre.

Es imposible ver esta película sin pararte a pensar en los patrones establecidos sobre cómo son, o deberían ser, los vínculos familiares. Al final volvemos a una cuestión fundamental: es inevitable que llegue el día en que el vínculo se fragmenta, convirtiéndonos en seres independientes.

‘La llegada del hijo’ se estrena en cines el 9 de mayo.

Contenido original de eCartelera