“Quería hacer algo divertido y pensé que sería genial investigar el mundo de Buzz Lightyear y hacer una aventura de ciencia ficción protagonizada por él”. La frase es de Angus MacLane, director de Lightyear, la nueva película de Disney y Pixar que, bajo la forma de una aventura espacial, nos descubre el filme que vio Andy en 1995 para desear al célebre guardián del espacio de Toy Story —el juguete— por su cumpleaños. Una trama perfecta para su debut en solitario, que está disponible en cines desde el pasado viernes 17 de junio.
Lightyear no solo trae de vuelta —aunque de otra manera— al querido juguete espacial. La película de animación está llena de momentos conmovedores dentro de un mundo enérgico y desconocido para el espectador. Y todavía hay más características que hacen que sea imprescindible que la disfrutes en pantalla grande. A continuación, te damos cinco razones por las que no te puedes perder Lightyear en salas:
Una maravilla visual
Uno de los puntos fuertes de Lightyear es lo potente que es visualmente. La película aprovecha cada centímetro de la pantalla del cine para llevarnos a la inmensidad del espacio y para hacernos sentir la hipervelocidad con unos efectos de luz y color preciosos. Las imágenes son impresionantes, palpitan con colores luminosos y hay un buen trabajo en los personajes, a los que no les falta ningún detalle.
También hay que mencionar la espectacular banda sonora de Michael Giacchino, que complementa los potentes efectos visuales y que abarca desde momentos tranquilos e íntimos hasta el suspense más intenso.
Una gran película de ciencia ficción
“Es una de las mejores películas de ciencia ficción de los últimos años. Una ciencia ficción que nada tiene que ver con la mostrada en el cine de superhéroes ni con la ciencia ficción elevada de Christopher Nolan, Denis Villeneuve o Alex Garland, por citar los pesos pesados del género”, escribe Alejandro G. Calvo en su crítica para SensaCine. Lightyear es mucho más que Toy Story. Es un homenaje a esas películas del género que despertaron en muchos el interés por el espacio exterior, por los alienígenas y las naves espaciales.
Pero también es cine de aventuras. Tras un error accidental, Buzz intenta salvar a toda su tripulación de un planeta donde no hay vida. Así, acabará en una batidora de viajes en el tiempo que hace que los de su alrededor sigan su vida mientras él se queda… solo. Pero el protagonista seguirá aferrándose al pasado; a su misión: conseguir devolver a todos a sus casas. Aunque pronto será algo que tenga que cambiar.
El verdadero significado de “¡Hasta el infinito y más allá!”
“¡Hasta el infinito y más allá!” es una de las frases más conocidas de la historia del cine. Pero resulta que la mítica cita del guardián del espacio que conocimos en Toy Story adquiere aquí un significado diferente. “Al principio, con los saltos en el tiempo, la frase es más: ‘Vamos a seguir hacia el futuro sin preocuparnos de lo que está ocurriendo”, explica MacLane. Pero pronto, Buzz debe aprender a vivir el presente y a estar acompañado.
De esta forma, el protagonista conocerá lo que es tener una ‘familia’. Y aquí es cuando la icónica frase se transforma: el pasado y el futuro se convierten en presente y familia. “Lo que siempre quisimos hacer fue: Buzz encuentra una familia o Buzz decide asentarse y vivir una vida en contraposición a ese ‘Hasta el infinito y más allá’ del principio”, explica MacLane en declaraciones a SensaCine.
4 claves que hacen de ‘Lightyear’ la película de animación más esperada de este 2022
La estética retrofuturista
El diseño de Lightyear es un claro tributo a cómo imaginaban el futuro las películas de los 70 y los 80: todo muy pesado y lleno de botones y palancas. Y ese era también el objetivo de MacLane: alejarse de la estética de Toy Story y que el diseño fuese un poco retro, con inspiraciones como Star Wars —su “religión”—, otros títulos clásicos de ciencia ficción, el trabajo de NASA y hasta la industria aeroespacial del mundo real. “Quería que la película pareciera táctil y viva con mucho contraste como ocurre en la Nouvelle vague francesa”.
“En su conjunto, el aspecto de la película es una mezcla magistral de estilos retro y futurista. A lo largo de la película, los interruptores, los controles y los botones son todos muy táctiles. Todos los bordes están redondeados para reproducir la sensación que Angus quería”, continúa la productora Galyn Susman. En definitiva, la estética es un acierto que cautiva a todos los espectadores, sean niños o adultos.
El estilo Pixar
Por último, y cómo no, Lightyear es muy Pixar. MacLane, que además de dirigir coescribe el guion de la película junto a Matthew Aldrich —de Coco (2017)— y Jason Headley —de Onward (2020)—, lleva en el estudio desde el cortometraje El juego de Geri (1997) y ha trabajado como parte del departamento de animación en prácticamente todas las películas de Pixar. Como director, lo hemos visto en tres cortos: BURN-E (2008), Pequeño gran Buzz (2011) y Toy Story: ¡Terror! (2013). Y en el campo del largo, también fue codirector de Buscando a Dory (2016) con Andrew Stanton.
“Y lo hace con el estilo Pixar sobradamente conocido: un acabado de las imágenes superlativo, un continuo de gags humorísticos realmente tronchantes y un puñado de personajes entrañables”, amplía Alejandro G. Calvo en su crítica. Es decir, estamos ante el regreso por todo lo alto del estudio a los cines.
Si no sabes qué ver y quieres recibir los estrenos en tu mail apúntate a nuestra Newsletter
Así que recuerda: Lightyear ya está disponible en las salas. ¿Te la vas a perder?
No hay comentarios