Obi-Wan Kenobi: un cierre digno para el personaje – Crítica del Episodio 6
Luego de seis semanas de revistar a uno de los personajes más queridos del mundo Star Wars, el viaje irremediablemente llegó a su cierre. El camino estuvo plagado de lugares pantanosos y en ocasiones de terrenos irregulares, pero el final del sendero mostró suelo firme. Especialmente por la exposición de un equilibrio perfecto entre una cúspide narrativa congruente y una nostalgia bien utilizada que resultó en la cereza del pastel. Así el episodio 6 de Obi-Wan Kenobi dejará conformes a los fanáticos, porque más allá de conciliar la historia unitaria de esta serie, tendió los puentes necesarios entre trilogías que los fanáticos tanto necesitaban.
A decir verdad, después del visionado de este episodio, no resulta necesario que la serie tenga una segunda temporada. Casi como anecdótica, esta aventura de seis partes se percibió como un filme partido en pedazos (lo cual era el plan original). A final de cuentas lo más importante de la historia fue conocer la sanación de un personaje herido y deprimido. Uno que con la ayuda de ciertos incentivos pudo enfrentar sus miedos y sus más grandes remordimientos.
Quizás por ello el encontronazo final de Kenobi con Vader se sintió poderoso. Cuando en Una nueva esperanza, Obi-Wan le cuenta a Luke que Darth Vader mató a su padre, en realidad no dijo ninguna mentira. En su totalidad este show –en especial esta sexta parte- se siente como una justificación de aquella charla. Y lo anterior sólo demuestra por qué era necesario añadir una página más en la historia del personaje que interpretó Alec Guinness en aquella cinta.
El anterior episodio fue la antesala de todo lo que veríamos aquí. Descubrimos que Reva (Moses Ingram) en realidad era una aprendiz de los Jedi que sobrevivió a la masacre perpetrada por Anakin en medio de la Orden 66. Su rencor corrió en dos frentes: contra el Jedi que traicionó a los suyos y contra Obi-Wan que no estuvo allí para defenderlos. Así su conflicto interno era incongruente incluso para ella misma. Y este episodio se trató sobre resolverlo a base de decisiones difíciles.
Gracias a ello tuvimos la fortuna de ver a Joel Edgerton y Bonnie Piesse en acción. Los tíos (padres) de Luke, finalmente obtuvieron su momento de gloria, más allá de los escasos segundos que les regaló La venganza de los Sith. La serie tuvo la oportunidad de mostrarnos que su relación con el pequeño Skywalker siempre fue mayor a la de un simple encargo, lo que añade una nueva dimensión a los revisionados que se hagan de la trilogía original.
Por otro lado Obi-Wan (Ewan McGregor) comprende que la verdadera misión de Vader es encontrarlo. Por ello mientras escapa con los rebeldes y la pequeña Leia, resuelve que debe separarse del grupo para enfrentar a su antiguo padawan. Aquello que durante tanto tiempo evitó, será una especie de sanación para recuperar su fe en la fuerza y además para escuchar de boca de su hermano, amigo y enemigo, que Anakin Skywalker (Hayden Christensen) realmente se ha ido.
Por primera vez en todo lo que discurrió de la serie, el enfrentamiento con espadas láser es digno de la saga. A pesar de que todavía existieron fallos en la puesta en escena y en la narrativa visual de los espacios, fue probablemente el añadido emocional lo que hizo de las secuencias del episodio 6 de Obi-Wan Kenobi, algo mucho más potente que todo lo visto en anteriores capítulos.
En esta ocasión ayudó la música en sobremanera. Aunque resultó triste que Natalie Holt tuviera que recurrir en varias oportunidades a los compases clásicos de John Williams. Así por fin acompañaron a las imágenes los temas de la fuerza, o la Marcha Imperial. Algo que se agradeció y le brindó al episodio una dimensión mucho más extensa y cercana con las películas de la saga.
Desde luego también se hicieron evidentes las trampas recurrentes. Aquellas resoluciones fáciles que son producto de un guion poco revisado. Por ejemplo, en un mundo en donde sabemos que las naves viajan a la velocidad de la luz, se siente como un fallo muy grande que de cualquier forma el manejo de los tiempos no se sienta adecuado.
De igual forma la repetición de diálogos y frases que son canon, fueron una trampa para ganarse el corazón de la audiencia. Y desde luego es algo que vamos a permitir, junto con el cameo de los momentos finales. A pesar de que la aparición de aquel personaje no aporta ni disminuye en nada a la totalidad de la serie, por supuesto fue un flechazo al corazón escuchar aquella voz que invitó a nuestro protagonista a vivir el siguiente capítulo de su vida.
Algo que se debe admitir como un triunfo absoluto de la serie, es el merecido rescate que se hizo del personaje de Leia Organa. Aunque en la trilogía original, la princesa siempre se mostró como determinante, fuerte y poderosa, por alguna razón las convenciones de la época decidieron que el elegido, y el verdadero héroe de la historia, sería un muchachito espabilado que aprendió los caminos de la fuerza con pesar y gran dificultad.
Obi-Wan Kenobi posicionó a Leia como la verdadera heroína de la historia y heredera de las mejores cualidades de sus padres. El momento final entre ambos personajes, fue tan conmovedor no sólo por la química que existió entre Ewan McGregor y Vivien Lyra Blair, sino por la resonancia directa que se hizo a la relación del maestro Jedi con sus padres. Además esta cualidad de la historia tira por la borda la convención del «viaje del héroe» que tanto marcó a Star Wars. Leia no necesito recorrer necesariamente aquel camino, porque su astucia innata inmediatamente le dio una nueva esperanza a un mundo bélico y sombrío.
Lo único que se puede hacer después de ver el episodio 6 de Obi-Wan Kenobi, es correr a ver la película original de esta franquicia. Porque a final de cuentas, esta serie no fue nunca sobre expandir el universo y sus lugares; o conocer a fondo a personajes de las series animadas; sino más bien llenar ese hueco perdido entre la trilogía que lo inició todo y la trilogía que se ganó a una siguiente generación.
La serie completa ya está disponible en Disney Plus.
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