Primeras reacciones de Bardo, la nueva película de Alejandro G. Iñárritu
Cobijado por Netflix, Bardo (o falsa crónica de unas cuantas verdades) es el séptimo y más reciente largometraje de Alejandro González Iñárritu, cineasta responsable de aclamadas cintas como Amores perros y Birdman. Pero, ¿será acaso que su última incursión cinematográfica, filmada en México, no recibirá tanto amor como las anteriores? Tras su premiere mundial en el Festival Internacional de Cine de Venecia 2022, Bardo —la historia de un documentalista mexicano que vuelve a su país natal después de años de ausencia— está cosechando reacciones diversas. Quizás en su mayoría reconozcan la maestría del director en lo visual. Sin embargo, múltiples comentarios no eluden términos como «autoindulgente», «monótona» y «llena de sí misma».
Chequen a continuación lo que han dicho algunos periodistas, reporteros y críticos, desde su proyección en el magno evento italiano.
«Como alguien que salió de México hace casi veinte años y que siempre lucha con la identidad nacional y la pertenencia, adoré Bardo, una obra maestra trascendente y la mejor película de Iñárritu desde Amores Perros«, escribió Carlos Aguilar de The Wrap.
«Está hecho con verdadero estilo. Tanto estilo, de hecho, que puedes perdonar gran parte del escandaloso narcisismo de la película«, expuso Peter Bradshaw de The Guardian. «Iñárritu podría, si quisiera, contarnos una historia igualmente dolorosa pero menos grandiosa y auto-mítica sobre su propia vida, pero ha ejercido su prerrogativa como artista».
«Bardo de Iñárritu es una imaginativa odisea etérea que reflexiona sobre la vida, el éxito, el envejecimiento y la identidad», escribió el youtuber Luke Hearfield. «Está magistralmente filmada pero necesita seriamente algo de edición. Lo que ves es fascinante, pero es autoindulgente hasta el punto en que se arrastra».
«Con tres horas sobrecargadas, la película de Netflix es mucha película«, opinó David Rooney de The Hollywood Reporter. «Si bien hay placer en rendirse a sus ritmos lánguidos y desvíos narrativos sinuosos —nunca me aburrí—, no escapa a las acusaciones de autocomplacencia o derivación, al tomar prestado de El show debe seguir y La gran belleza«.
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«Bardo, también conocida como 8½… Alejandro González Iñárritu llegó a Venecia con la película de memorias más manspreading que se haya hecho jamás», comentó Robbie Collin de The Telegraph. «Algunas partes geniales, hay muchas invitaciones para hacer comparaciones con Fellini y, por desgracia, cantidades industriales de yikes«.
«Lo que podría haber sido profundo, devastador y totalmente satisfactorio en dos horas se convirtió en un exceso de indulgencia a las tres horas; algo exagerado y sobrecargado en donde gran parte de la inteligencia, la sorpresa creativa y la experiencia técnica superior han sido ahogadas por una simple falta de disciplina, enfoque y moderación», manifestó Todd McCarthy de Deadline.
«Bardo es una película ridículamente indulgente en la que Alejandro González Iñárritu dedica tres horas a disculparse por seguir haciendo películas ridículamente indulgentes«, escribió David Ehrlich de IndieWire. «Lo único que olvidó incluir son tomas de reacción de Nathan Fielder diciendo: ‘Oh, está bien’».
«He aquí un cineasta convencido de su destino como heredero del trono de Fellini», expresó Marshall Shaffer de SlashFilm. «El resultado del ego de Iñárritu completamente desenfrenado es este monumento de tres horas a su propia destreza y perspectiva. Bardo es una bolsa incoherente de metáforas visuales entregadas con toda la sutileza de un mazo«.
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«Pido disculpas formalmente a Alejandro González Iñárritu por llamar Birdman aislada e indulgente, porque no tenía ni una maldita idea de lo que se venía», escribió Guy Lodge de The Observer.
«¿Por qué Bardo, a pesar de toda su habilidad y aspiración de alcanzar las estrellas, es una experiencia tan ventosa, confusa y, está bien, lo diré, monótona?», expuso Owen Gleiberman de Variety. «La película está llena de cosas buenas, pero dura tres horas y en su mayoría está llena de sí misma«.
«Alejandro G. Iñárritu ha llegado a la inevitable etapa 8½ de su carrera con Bardo: 172 minutos de ego desenfrenado que no le desearía ni a mi peor enemigo. A ver si Netflix sobrevive a esta», escribió Dave Kehr de The New York Times.
«El significado es tragado por el ultra enaltecido estilo», señaló Richard Lawson de Vanity Fair. «Lo que queda cuando se quita todo el adorno es un director que indica su propia destreza. Hasta ahora, Bardo es el ejemplo más evidente de esa tendencia, obsesionada consigo misma y glorificándose a sí misma mucho más allá de lo tolerable«.
Las anteriores son sólo algunas de las reacciones de Bardo liberadas esta semana. ¿Qué piensasn ustedes? ¿Aumentaron o disminuyeron sus ansias por conocer esta novedosa y ambiciosa propuesta de Iñárritu? Recuerden que la película se proyectará el próximo 27 de octubre en cines de todo México. Después llegará el 16 de diciembre al catálogo de Netflix.
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