Un thriller potente, intenso, lleno de intriga y de enrevesados entramados de espionaje, que relata conflictos internacionales, con dos de las mayores estrellas del cine actual y uno de los mejores directores. Así es Red de mentiras, la película de Ridley Scott protagonizada por Leonardo DiCaprio y Russell Crowe que es una de las mejores propuestas de acción terrenal que podemos ver en la plataforma HBO Max.
Scott adapta para Warner Bros esta adaptación de la novela de David Ignatius de mismo nombre que estaba dando de qué hablar para ser llevada al cine. DiCaprio fue de los primeros en sumarse, ya que el actor hizo un gran esfuerzo dado el carácter político que contenía la novela, que era una oportunidad para inter`retar un thriller clásico al estilo de Los tres días del Cóndor o El último testigo. Crowe, colaborador habitual del director en films como Gladiator o American Gangster, se sumó sin demasiado titubeo.
DiCaprio interpreta aquí a Roger Ferris, uno de los agentes top de la CIA, el niño de oro de las agencias de inteligencia. Es enviado a Oriente Medio bajo el mandato de sus jefes, con intención de encontrar y apresar a uno de los cabecillas de Al Qaeda. Cuenta con la ayuda de Ed Hoffman, interpretado por Crowe, que le da instrucciones desde casa para que se introduzca en un mundo turbio del que no escapará fácilmente.
Esa entrada en el mundo del espionaje internacional que realiza Ridley, lejos de realizar una lujosa aproximación a lo Bond, se mete en las entrañas de la hipervigilancia y del conflicto en Oriente Medio. Su aproximación frenética y ansiosa recuerda mucho a los films de su hermano Tony Scott, como si la hubiera dirigido él y pusieron los nombres equivocados en el póster.
No obstante, esta es una película muy Ridley Scott, no sólo por su magnífica eficiencia a la hora de rodar y narrar, que cuando hace aparición hace infalible cualquier película. Conecta, aunque parezca imposible, con su película épica El reino de los cielos en cómo elige poner el foco en el conflicto entre Occidente y Oriente Medio, sólo que en vez de espadas y cruzadas tenemos técnicas de vigilancia “sofisticadas” y terrorismo. Scott juega también con cómo toda la tecnología empleada en el espionaje ha restado humanidad a la lucha contra el terrorismo islámico.
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Todo esto lo hace sin dejar de hacer un thriller entretenidísimo, con acción rodada con pulso firme y que nunca aburre a lo largo de sus dos horas de duración. También funciona enormemente gracias al compromiso de sus actores, que saben perfectamente qué dar a la película. A DiCaprio se le nota especialmente comprometido con el proyecto, por el que aceptó teñirse el pelo y llevar lentillas de color marrón para ocultar sus llamativos rasgos y darle un aire más convencional a su personaje.
Red de Mentiras se estrenó de manera bastante llamativa, aunque no consiguió ser todo un éxito comercial. En Estados Unidos se quedó por debajo de sus 67 millones de presupuesto, algo que se atribuyó a lo controvertido de abordar la guerra contra el terrorismo. No obstante, no sólo fue mejor que otras películas de la época con similar temática, sino que el tiempo la ha consolidado como una de las películas más efectivas de Ridley Scott. Sólo por ello, merece la pena recuperarla.
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