La monja 2 – Crítica de la película

La monja 2 – Crítica de la película

Si una franquicia de terror marcó la década pasada, ésa fue la iniciada con El conjuro. En 2013, James Wan demostró que el cine comercial aún podía ser financieramente exitoso –y de buena calidad– cuando de terror se trataba. A partir de ahí, un universo cinematográfico lleno de todo tipo de criaturas y demonios encantó a la audiencia, incluso con sus peores entregas. Entre esos demonios se encuentra Valak, a quien conocimos en El conjuro 2, y cuya primera película en solitario (La monja) tuvo un mal recibimiento de la crítica. Cinco años después de aquella cinta, Valak regresa en La monja 2 y, desafortunadamente, no con los mejores resultados.

La novena película en el universo de El conjuro nos sitúa en 1956. Varios miembros de la comunidad religiosa en Europa han muerto en circunstancias extrañas y sangrientas. Pronto comienza el rumor de que un mal se extiende en el continente. Convencidos de que el demonio Valak es el responsable de esta tragedia, líderes religiosos ordenan a la hermana Irene que se enfrente nuevamente a la entidad que conoció en la Abadía de Carta, Rumania, cuatro años atrás.

La monja 2 – Crítica de la película

Nuevamente como la hermana Irene, Taissa Farmiga sobresale por hacer de su personaje una protagonista fuerte. En esta ocasión conocemos más de su pasado y eso permite que su lucha contra Valak se sienta, en muchos niveles, una misión más personal. Lo mismo ocurre con Jonas Bloquet como Maurice, quien también regresa de la primera entrega. Juntos construyen una buena química y logran que el destino de sus personajes genere cierto interés. En cuanto al resto del reparto, sólo Storm Reid (The Last of Us) y Anna Popplewell (Las crónicas de Narnia) sobresalen como soporte de Irene y Maurice, respectivamente.

Otro aspecto positivo de la cinta es su ambientación, un elemento fundamental para cualquier película de horror. Gran parte de esta se desarrolla entre imponentes iglesias y una tétrica escuela, pero el equipo de diseño de producción logra un trabajo sobresaliente para crear las atmósferas necesarias. En ese sentido, la fotografía (aunque por momentos oscura) cumple a la hora de ofrecer visuales atractivos y jugar con sombras, formas e incluso texturas. Mención especial para esa secuencia con revistas que se ve en el trailer.

La monja 2 – Crítica de la película

Desafortunadamente, todos los elementos que rodean estos aspectos son de dudosa calidad. De nada sirve que una película de terror se vea “linda” si el guion es una mezcla de ideas y mitología que nunca termina de aterrizar. Se nota que Ian Goldberg, Richard Naing y Akela Cooper, los guionistas, tenían ideas muy distintas sobre el destino al cual querían llevar esta entrega. Aunque empieza como un inquietante thriller de homicidios, el acto final de la cinta la hace parecer una prima lejana de El código Da Vinci y la reciente El exorcista del papa. Y no lo menciono como halago.

Otro error del guion es su poca conexión con el universo del que forma parte. No es que La monja 2 necesitara estar llena de easter eggs, pero tampoco justifica su existencia en la saga. Además, se desvía del tipo de horror que caracterizó a El conjuro y no ofrece algo convincente. Si la primera cinta jugaba con la fantasía, ésta se atraganta con ella. Eso da origen a criaturas y secuencias que, sí, visualmente son interesantes, pero no cumplen con el efecto deseado: dar miedo.

El otro gran problema de la cinta es la dirección de Michael Chaves. Aunque su debut con La maldición de La Llorona fue un suplicio, El conjuro 3 mostró una evolución interesante. No llegó a los niveles de James Wan, pero demostró que valía la pena apostar por él. Desafortunadamente, esta cinta es un tremendo retroceso en su carrera y confirma que sus aportaciones al género son más estéticas que narrativas.

Esta escena del trailer no llegó a la versión que se muestra en los cines.

En ese sentido, la cinta llega a ser aburrida por severos problemas de edición, escenas del trailer que no llegaron al corte final, y un derroche de tropos y planos que hemos visto hasta el cansancio. La gran mayoría, mejor ejecutados. Después de tres películas, por alguna extraña razón los realizadores aún creen que ver a Valak gritando directamente a la cámara es un elemento aterrador. Peor aún: en una escala de 20 prioridades, el tiempo en pantalla de Valak / la monja seguramente ocupó la posición 18 o 19, pues el personaje fue relegado de forma atroz. Vaya, ni siquiera el score de Marco Beltrami (Scream) cumple al generar tensión.

Puede que quienes se asustan fácilmente o los seguidores más férreos de la franquicia encuentren algunos momentos disfrutables. Sin embargo, La monja 2 es uno de los puntos más bajos en el universo de El conjuro. Aunque visualmente es interesante, se trata de un producto sin razones de existir, con una mitología exagerada, y que falla en la parte medular de cualquier cinta de horror: dar miedo. Sí, tiene algunos sustos a lo largo de sus casi dos horas, pero estos se deben al buen sonido del cine, no a la ejecución de la misma película.

autor Soy de los que siempre defendió a Robert Pattinson como Batman y puede ver la misma película en el cine hasta 7 veces. ¿Mi gusto culposo? El cine de terror de bajo presupuesto.
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