‘Los que se quedan’: Emotiva sonata de Navidad

‘Los que se quedan’: Emotiva sonata de Navidad

Seis años después de dirigir ‘Una vida a lo grande‘, Alexander Payne ha regresado. Mucho ha tardado el de Omaha en hacerlo. Consagrado como uno de los cineastas con sello de autor de la industria estadounidense, el realizador vuelve por todo lo alto con Los que se quedan‘, quizás una de las propuestas navideñas más honestas. Considera una de las mejores películas de 2023 por la National Board of Review, nominada a cuatro Independent Spirit Awards y a tres Globos de Oro.

Los que se quedan

‘Los que se quedan’ supone el reencuentro entre Payne y Paul Giamatti, los cuales no trabajaban juntos desde la celebérrima ‘Entre copas‘. En cierta forma, diríase que bien podría ser una respuesta a su papel como profesor de inglés en la cinta de 2004. Casi dos décadas después, Giamatti vuelve a meterse de lleno en la piel de un profesor depresivo, cambiando la más genérica Lengua y Literatura por sólo Literatura Clásica en un instituto privado de élite, el Barton Academy.

Lo fascinante de esta comedia dramática navideña es que tiene de inspiración una de las joyas del cine francés clásico, ‘Merlusse’, de Marcel Pagnol, solo que reinterpretada en la Nueva Inglaterra de inicios de los 70, en un momento de fuertes cambios sociales en el país norteamericano, pero en una región donde todo parece ir mucho más lento. Los días de asueto por la época de fiestas provocan que su personaje, Paul Hunham, tenga que quedarse como profesor de guardia de los alumnos que pasan las vacaciones en el liceo e internado.

Los que se quedan

Payne muestra su mejor versión desde ‘Entre copas’ y ‘Nebraska’

Eso le hace trabar vínculo con Angus, un inteligente pero problemático estudiante quien también lidia con sus propios traumas. Aunque, principalmente, se ve la relación profesor y alumno, Payne crea un universo en el que también tiene mucha importancia Mary, la encargada de la cafetería, quien vive su propio duelo personal al haber perdido a su hijo en la Guerra de Vietnam. Los tres conforman un trío curioso, en el que el dolor y la pena es disfrazada hasta el momento en el que es imposible esconderla.

Payne ha sabido tener mucha mano a la hora de narrar los dolores de las emociones. Ya lo demostró en ‘Entre copas’ o ‘Nebraska‘. En la primera, las frustraciones de un profesor que se aproxima a la cuarentena y lo hace con la sensación de fracaso, al ser un eterno aspirante a escritor. En la segunda, por la relación padre e hijo que le hace replantearse al segundo su vínculo con su progenitor, el cual sufre demencia. En el caso de ‘Los que se quedan’, Payne vuelve a abordar la depresión, sólo que en una época en la que no se abordaba como tal.

Los que se quedan

Para ello, Payne se enfoca en una época tan sensible como las fiestas navideñas. Son celebraciones de fuerte presión social, que sacan a relucir cuáles son los vínculos afectivos. Eso se refleja en aquellos alumnos que deben pasar esos días en el internado, de los trabajadores de la institución que se quedan de guardia. ¿Qué se esconde tras aquellos trabajadores que siguen en primera línea en unas fechas que invitan a reunirse?

Una mirada sensible e intimista hacia las emociones y el dolor

Payne toca temas muy sensibles y lo hace con la elegancia con la que suele acostumbrar a abordar situaciones dramáticas, a las que les tiñe de atmósfera de comedia. Y es que la propia vida tiene de ambos géneros, comedia y drama, y de eso el cineasta es muy consciente. Es más, sabe traer humor hasta de las situaciones más incómodas, algo de lo que ya había hecho alarde. Payne lo eleva, con la introducción de una contraposición intergeneracional, en la relación del profesor y el alumno.

Desde ahí, el realizador muestra una vena emocional que sabe tocar la fibra sensible y se ve también, de forma más intimista, ese vínculo mentor-pupilo que anteriormente se ha sabido reflejar con maestría como ‘El club de los poetas muertos‘, ‘Los chicos del coro‘ o ‘La sonrisa de Mona Lisa‘.

Todo ello gracias a un guion sólido, escrito por David Hemingson, así como a su reparto. Paul Giamatti está espléndido, sabe traer esa madurez interpretativa que ya demostró con ‘Entre copas’, pero elevada al cuadrado. Mención para la maravillosa Da’Vine Joy Randolph, auténtica roba-escenas de la cinta. Y, por supuesto, al estupendo Dominic Sessa, todo un descubrimiento.

Se ha hecho de rogar, pero Alexander Payne vuelve por la puerta grande. ‘Los que se quedan’ es mucho más que una comedia entrañable, es mirar con cariño a esos ‘outsiders’ que solo buscan vivir como buenamente pueden. Magnífica y, sin duda, una de las protagonistas de esta temporada de premios que ya está llegando a su faceta más interesante.

9

Lo mejor: La manera en la que Payne sabe profundizar en el dolor emocional.

Lo peor: Sentir que es una película temática. Aunque esté ambientada en Navidad, puede disfrutarse en cualquier época.

Contenido original de eCartelera

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