Pilar Palomero se ha convertido en una de las directoras del panorama español a tener muy en cuenta. No solo se alzó con el Goya por su debut en el largometraje con Las niñas, ha continuado hablando sobre juventud y adolescencia con su nuevo proyecto. La Maternal es uno de los títulos españoles que compiten por la Concha de Oro en la 70ª edición del Festival de San Sebastián, pero no ha sido la única película de nuestro país en verse hoy en Sección Oficial. También ha sido el día de La consagración de la primavera de Fernando Franco y, ya fuera de nuestro territorio, vemos otro de los títulos a competición: Great Yarmouth: Provisional Figures.
La Maternal

Pilar Palomero llega a la Sección Oficial del Festival de San Sebastián después de un 2021 en el que se convirtió en la ganadora del Goya a Mejor dirección novel y Mejor guion original. Las niñas, su debut en el largometraje, no le trajo más que cosas buenas. Entre ellas, también el Goya a Mejor película. Ahora, la realizadora y guionista compite por la Concha de Oro con La Maternal.
Carla es una adolescente a la que le encanta bailar, jugar al fútbol e ir en bici con su mejor amigo. Vive en un área de servicio de un pueblo junto a su madre, quien la tuvo cuando era muy joven. Carla también es una muchacha problemática que se cuela en casas y lo rompe todo. Su situación está a punto de dar el mayor giro de su vida cuando en un examen médico se descubre que está embarazada de unos cinco meses.
La protagonista ya ha estado antes en un reformatorio y en el pasado la han separado de su madre, una mujer que miente cuando le conviene y que en ocasiones se antepone a ella misma en pos de su hija. Ahora, Carla es enviada a La Maternal, un centro de acogida para jóvenes embarazadas como ella. Algunas han sufrido malos tratos. Otras abusos por parte de un familiar. También trastornos alimenticios. Carla se enfrenta ahora a convertirse en madre a una edad muy temprana, a dejar de lado los hobbies de toda chica de su edad para cuidar de su bebé.
Es descorazonador ver a Carla dejar a regañadientes lo que de verdad le gusta para encargarse de su hijo. Entiendes que quiera escapar de los llantos del bebé y de una casa de acogida en la que es feliz, pero que la ahoga por la realidad a la que le toca enfrentarse. Palomero crea un retrato tan cercano y verdadero que no puedes culpar a la protagonista de su rebeldía. Con una protagonista interpretada por una estupenda Carla Quílez y creando momentos tan naturales que parecen un documental, La Maternal continúa encumbrando a Palomero como cineasta.
La consagración de la primavera

Fernando Franco compite por la Concha de Oro con la intimista La consagración de la primavera. La historia sigue a Laura, una joven tremendamente tímida y muy introvertida que se ha trasladado desde un pequeño pueblo de Mallorca a Madrid para estudiar la carrera de Química. Vive en un Colegio Mayor de monjas en el que la tienen muy controlada y, aunque intenta conocer a gente y disfrutar de la ciudad, la capital la devora.
Una casualidad, un corte en un labio con un vaso de cristal, la conduce a conocer a David, un chico con parálisis cerebral. La protagonista inicia una relación de amistad con él, una conexión que aumenta cuando se propone como su asistente sexual. Así, Laura podrá ganar un dinero extra con el que pagarse algunas necesidades tan simples como un taxi a altas horas de la noche. Mientras tanto, la joven intenta llevar una vida como la de cualquier otra chica de 18 años: disfrutar de la ciudad y explorar su sexualidad, algo que le cuesta mucho y a lo que tiene miedo.
Franco, que coescribe el guion con Begoña Arostegui, introduce al espectador en unas imágenes tan íntimas que parece que estemos viendo algo tremendamente prohibido. Laura, a quien da vida Valéria Sorolla, absorbe al espectador en su timidez, su introversión y su naturaleza alicaída ayudada de las bellas imágenes que Franco consigue con ella y su impertérrita trenza.
Great Yarmouth: Provisional Figures

Quedan tres meses para que empiece el Brexit y cientos de personas llegan desde Portugal para trabajar en una empresa de procesado de carne de pavo. Allí, en Great Yarmouth -una zona costera de Reino Unido que ha visto épocas mejores- hay una mujer a la que llaman “la madre de los portugueses” que ha montado un negocio con ellos.
Tânia trabajó en las mismas plantas avícolas que ellos y es la persona perfecta para ayudarles. A cambio de dinero les ofrece transporte y alojamiento en los abandonados, destrozados y mohosos hoteles de su marido en los que el olor a mierda es insoportable. Pero Tânia está harta de llevar esa vida y quiere reformar esos mismos edificios en los que los portugueses duermen hacinados para convertirlos en residencias de ancianos.
Todo es sucio, mugriento y sórdido en Great Yarmouth: Provisional Figures. No hay tiempo ni espacio para lo bello en la propuesta del director Marco Martins, pero tampoco para que decida qué película quiere ser: ¿cine social? ¿drama romántico? ¿un ‘thriller’ sobre el mundo criminal? El patetismo está presente en cada segundo y, aunque al principio interesa saber hacia dónde va la historia de Tânia, la segunda parte se vuelve un revoltijo de personas y tramas que hace que el destino de la protagonista te dé exactamente igual. A destacar la actriz Beatriz Batarda en el papel de una extraña ‘femme fatale’.
Si quieres estar al día y recibir los estrenos en tu email, apúntate a la Newsletter de SensaCine
No hay comentarios