De ‘Stardust’ a ‘Kingsman: Servicio Secreto’: El cine de Matthew Vaughn, de menos a más
Energía desatada, humor absurdo, giros imposibles y acción a la máxima potencia. Además de las evidentes influencias de Quentin Tarantino y Guy Ritchie, maestro y aprendiz que un día apuntaba a listillo de la clase, el cine de Matthew Vaughn se ha movido constantemente sobre estos pilares. Y los resultados, en la inmensa mayoría de casos, han sido notables.
Con solamente ocho largometrajes en su maleta, el director, productor y guionista británico ha dado forma a una trayectoria realmente disfrutable y repleta de escenas que, ya sea a través de la épica, la risa o el estallido, a veces incluso se produce el encuentro de todas ellas, tienen la fuerza suficiente como para permanecer en la memoria. Si a todo ello sumamos personajes carismáticos, repartos de ensueño y un pulso siempre vertiginoso, lo que nos queda es la certeza de estar ante un tipo con altas y contrastadas dosis de talento.
Puede que la fórmula esté rozando ya el exceso por una cuestión de pura reiteración, pero todavía quedan ganas de gozar a lo grande con un buen entretenimiento con la marca Vaughn en una buena sala, frente a una gran pantalla y con el aroma inconfundible de las palomitas. Entretenimiento en vena.
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