Aunque a menudo en el mundo del espectáculo las grandes oportunidades y los papeles que hacen historia apenas tienen lugar una vez en la vida e incluso nunca llegan a presentarse ante los cientos de miles de aspirantes a actores o actrices, también encontramos numerosos ejemplos de intérpretes que alcanzaron la fama cuando eran muy muy jóvenes y ni siquiera sabían qué querían en la vida. Mientras las carreras interpretativas de muchos niños actores terminaron de la peor de las maneras, con historias de adicciones y problemas varios que no les llevaron por el mejor de los caminos, otras estrellas consiguieron mantener el equilibrio en el mundillo y, ya como adultos, siguen viviendo de su profesión con total normalidad. Un tercer caso son aquellos que, tras hacer algunos pinitos e incluso llegar a petarlo, decidieron dejar atrás Hollywood y llevar su vida por otro camino.
Uno de los más habituales nombres que surgen cuando se habla de actores que dejaron de lado la interpretación para dedicarse a otra cosa es el del ex actor Danny Lloyd, a quien recordaremos siempre por protagonizar la película de terror más famosa y aplaudida de todos los tiempos.
Corría el año 1980 y Lloyd tenía apenas ocho años cuando se convirtió en Danny Torrance, el niño protagonista de El Resplandor. Dirigida por el aclamado cineasta Stanley Kubrick y protagonizada por Jack Nicholson y Shelley Duvall, la terrorífica cinta que se convertiría en un clásico del cine estaba basada en una de las más famosas novelas de Stephen King y nos presentaba la historia de un matrimonio y su hijo que se mudaban a un hotel aislado tras haber aceptado el padre un puesto como vigilante del recinto. Una vez allí, el niño comenzaba a percibir las fuerzas oscuras que habitaban en el hotel, capaces de influir sobre las personas en su interior. Con su padre llevado a la locura, el poder de Danny conocido como “El Resplandor” resultaba ser la única solución para acabar con el terror.
Sin embargo, mientras la película aterrorizó a espectadores de todo el mundo y hoy por hoy algunos de sus elementos siguen influyendo en otros títulos del género, el joven Danny Lloyd no tenía ni idea de lo que estaba haciendo. Su padre le llevó al casting, pasó por seis complejas pruebas y obtuvo el papel por su capacidad de concentrarse e inteligencia, pero nadie le dijo que El resplandor fuera una película de terror y Kubrick decidió no contarle la trama verdadera. En su lugar, el director le contó a Lloyd que lo que estaban rodando era un drama sobre una familia que vivía en aquel hotel.
Tanto el cineasta como el equipo cuidaron mucho a Lloyd y le alejaron de cualquier cosa que pudiera hacerle sentir miedo. En la escena en la que Wendy corre gritando por el hotel con Danny en sus brazos, lo que llevaba Duvall era en realidad un muñeco de tamaño natural, y el actor recuerda que a veces le pedían que abandonase el set. Así, lejos de detalles más escabrosos de la cinta, lo que Danny Lloyd recuerda sobre el rodaje de la película más terrorífica de la historia es que “Stanley [Kubrick] era genial” y así de claro se lo relataba a The Guardian en un artículo de 2017 dedicado a contar qué fue del inolvidable niño que interpretó a Danny Torrance:
Lo recuerdo [a Kubrick] jugando a la pelota conmigo, jugando al pilla pilla, cosas así. Era un tipo grande con barba, pero no recuerdo haberme asustado ni sentido intimidado por él ni nada por el estilo
A diferencia de Duvall, su madre en la ficción, quien aseguró estar traumatizada por terroríficas experiencias durante el rodaje, solo guarda buenos recuerdos del set: comer sándwiches de mantequilla de cacahuete con las espeluznantes gemelas que terminaría inspirando el disfraz más famoso en Halloween o divirtiéndose en una búsqueda de huevos de Pascua organizada por el director. De sus escenas aterrorizados pedaleando a toda velocidad por el hotel, su único recuerdo es que le encantaba montar en aquel triciclo y que un miembro del equipo le ofreció enviárselo a casa tras el rodaje de la película: “Lo estaba esperando y esperando, pero nunca llegó”, recordaba en su encuentro con The Guardian. Y, si ese es su mayor “trauma”, lo cierto es que lo hicieron bien.
Tras El Resplandor, Danny Lloyd se hizo con un papel en la película para televisión de NBC El precio del poder sobre el Watergate, estrenada en 1982, y ese sería su último papel. El actor quiso pasar de Hollywood porque le aburría la rutina y así se lo dijo a sus padres, que le apoyaron en su decisión. Tres décadas más tarde de su paso por la cinta de Kubrick, Lloyd se hace llamar Dan en lugar de Danny y es profesor de biología en un colegio público en Kentucky.
De sus escasas entrevistas se sabe que trabajó en una granja para pagar sus estudios universitarios y tiene cuatro hijos, pero vive su vida alejado del ojo público. “Realmente no hice mucho más después de la película. Así que tienes que pasar desapercibido y vivir una vida normal”, comentaba a la publicación británica. Sin embargo, eso no quita de que su pasado como el niño de El Resplandor le haya visitado en sus relaciones con sus alumnos e incluso con sus propios hijos. Mientras, durante muchos años tras la cinta, Kubrick siguió enviando tarjetas navideñas a su familia y mantuvo interés por sus progresos.
A pesar de su vida cotidiana habitual, Lloyd sumó un nuevo crédito a su trayectoria artística hace poco cuando, en 2019, aceptó hacer un cameo en la secuela de El resplandor, Doctor Sueño.
Si quieres estar al día y recibir los estrenos en tu mail apúntate a nuestra Newsletter
No hay comentarios